19/11/25

La incomodidad del lector: tres desencuentros con Adrian Tchaikovsky


El mundo se ha desencantado.— Max Weber
Y sin embargo, seguimos buscando el hechizo.

He leído a Adrian Tchaikovsky tres veces este año: Linaje ancestral, Ogros y Spiderlight. Cada libro prometía mundos asombrosos, ideas inmensas e imaginación sin freno. Sin embargo, en todos ellos sentí lo mismo: un respeto sin emoción. Admiré su inteligencia, su pulso narrativo, su capacidad casi biológica para crear ecosistemas de ficción… pero al cerrar cada historia, no quedaba eco. Solo un silencio racional, una especie de vacío mental que no era aburrimiento, pero tampoco deslumbramiento. Esta situación me llevó a preguntarme qué ocurre cuando una obra no falla, pero tampoco nos toca.

Quizá la literatura fantástica haya cambiado de piel. Antes buscaba el temblor, la apertura a lo desconocido, lo imposible que nos revelaba algo íntimo sobre nosotros mismos. Hoy, a menudo, parece más interesada en el propio mecanismo que en el misterio. Tchaikovsky representa a la perfección esa corriente: mundos coherentes hasta lo biológico, culturas y especies descritas con la lógica de un biólogo evolutivo. Es brillante, sí. Pero a veces la brillantez ilumina tanto que deja sin sombrasUrsula K. Le Guin lo advirtió hace décadas: “Nos hemos vuelto tan prácticos que ya no sabemos qué hacer con lo imaginario, salvo diseccionarlo.”

El asombro, como ya decía Aristótele,  es el origen del pensamiento. Sin embargo, cuando todo se explica, el asombro muere. Lo que en la mitología era símbolo, en la ciencia ficción se convierte en estructura. Y aunque esa racionalidad tiene su belleza, puede también provocar una distancia emocional: como lectores ya no temblamos, solo observamos. Nos hemos convertido en un lector ilustrado, desencantado, que ya no necesita creer, pero que a veces desearía volver a hacerlo.

De las tres novelas, Linaje ancestral es quizá la más ambiciosa. Su punto de partida, la humanidad observando cómo otras especies heredan la Tierra y desarrollan su propio linaje, resulta fascinante. Pero esa fascinación es fría, casi académica. Hay en sus páginas una aceptación darwinista del fin del hombre, sin tragedia ni mística.

Me encontré admirando el diseño del mundo y, al mismo tiempo, sintiéndome expulsada de él. Porque, si el progreso ya no nos necesita, ¿qué lugar queda para el alma? Nietzsche lo habría celebrado: “El hombre es algo que debe ser superado.” Pero en Tchaikovsky, esa superación carece de júbilo. Es la historia de un dios que, tras crear, apaga la luz.

En este autor no hay nostalgia: la evolución sigue su curso, y nosotros somos apenas una nota a pie de página en el libro de la vida. Es una idea poderosa, pero también devastadora. Quizá por eso no emociona: porque no deja espacio para el consuelo. 

Por su parte, Ogros comienza como una parábola brutal. El ser humano aparece reducido a una especie de ganado, sometido a criaturas más grandes y fuertes. La inversión es ingeniosa y moralmente incómoda. Sin embargo, a medida que la historia avanza, el horror se vuelve comprensible, y lo comprensible deja de doler. 

Hannah Arendt hablaba de “la banalidad del mal”: esa forma de horror que ya no necesita monstruos, solo estructura. Del mismo modo, en Ogros, el mal ya no grita: administra.El lector no teme a la violencia, sino a su eficacia. Y quizá por eso la lectura inquieta sin estremecer: porque nos resulta demasiado familiar. Tchaikovsky no escribe desde la crueldad, sino desde la lógica. Y eso, para mí como lectora,  desactiva la fuerza del espanto. Todo se explica, todo encaja. Pero cuando el mal se vuelve sistémico, pierde su filo moral. 

El lector ya no se enfrenta al abismo, sino a un modelo funcional de él. Y eso, en tiempos donde estamos saturados de realidades terribles, nos produce menos miedo que cansancio. Quizá Ogros es un espejo del siglo XXI: ya no tememos a los monstruos, sino a la rutina del horror.

En Spiderlight, Tchaikovsky juega con el mito clásico del grupo de héroes que parte en una misión divina. Pero aquí, el bien y el mal son caricaturas conscientes de sí mismas. Todo está teñido de ironía, de escepticismo. La araña que acompaña a los protagonistas es, a la vez, criatura monstruosa y símbolo de lo que el grupo rechaza entender.

Es una sátira ingeniosa y, en cierto modo, entrañable. Pero al despojar al mito de toda fe, también se le quita el pulso emocional. Sin el riesgo de creer, no hay redención posible. Todo se reduce a un juego de espejos morales que el lector admira, pero no siente. La ironía se muestra así como una herramienta peligrosa: ilumina el artificio, pero mata la inocencia. Y sin una mínima dosis de inocencia, la fantasía se marchita.

Después de tres libros, comprendí que quizá el problema no era Tchaikovsky, sino yo como lectora. O mejor dicho: nosotros, los lectores contemporáneos. Nos hemos acostumbrado a entenderlo todo, a diseccionar el mito hasta dejarlo sin misterio. Buscamos coherencia interna, worldbuilding minucioso, justificación científica… y, al hacerlo, hemos convertido la imaginación en un laboratorio. La fantasía moderna es una maquinaria prodigiosa, pero ya no duele. No incomoda desde el alma, sino desde el intelecto. Es posible que Tchaikovsky no escriba para emocionarnos, sino para recordarnos que la emoción ya no es necesaria. Y esa idea es en el fondo aterradora.

Sin embargo, y a pesar de todo, sigo pensando en sus libros. En esa frialdad que no me suelta, en esa incomodidad que, como una araña, sigue tejiendo preguntas en mi cabeza. Quizá eso sea lo que Tchaikovsky consigue sin proponérselo: despojarnos del placer inmediato y obligarnos a mirar la ficción desde fuera, con la lucidez de quien ya no espera milagros. No me conmovió, pero me perturbó. Y en un tiempo donde casi todo está diseñado para gustar, la perturbación es un regalo. Chesterton decía: “El mundo no perecerá por falta de maravillas, sino por falta de asombro.” Quizá el nuevo asombro consista en eso: en aceptar que ya no creemos del todo… y seguir leyendo igual.

12/11/25

Reseña | Sanctas: estudio de una mentira


  • Título:
     Sanctas: estudio de una mentira
  • Autor: Patricia Ibárcena
  • Editorial: Umbriel
  • Número de páginas: 480
  • Goodreads   
Edimburgo, 2001. Enfrascado en una investigación secreta que lo está consumiendo, Rust Fraser vive sus días entre la obsesión, la culpa y la certeza de que su condena es la soledad. En la misma ciudad, Agnes White sobrevive en las tinieblas de su mente, intentando discernir lo que es real de lo que no.
Cuando Rust conoce a Agnes, ve en ella todas las respuestas que necesita para avanzar con su investigación.
Cuando Agnes conoce a Rust, una pequeña llama de esperanza se prende en la oscuridad que la envuelve, llevándola a creer que tal vez, después de todo, no está loca. A medida que sus caminos se entrelacen, Agnes y Rust irán desenterrando uno de los misterios mejor guardados de la sociedad occidental. Las llaman Sanctas. Según algunos, son la salvación de la fe. Según otros, una amenaza capaz de destruirlo todo. De destruirlos.
Quizá hay secretos que jamás deberían haber revelado.
Quizá el tiempo se les está agotando.
Quizá lo mejor hubiera sido no conocerse nunca.
«Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal».

Cuando leí Hijos dorados, el primer libro de Patricia Ibárcena, lo hice sin expectativas, y precisamente por eso me sorprendió tanto. Fue una lectura que me atrapó por su atmósfera, su sensibilidad y la manera en que abordaba el dolor sin perder la humanidad. En cambio, con Sanctas me ocurrió lo opuesto: llegué con muchas expectativas, la premisa prometía una historia oscura, académica, con tintes teológicos y filosóficos, pero terminé sin conectar del todo con ella.

6/11/25

Reseña | El lector de Julio Verne


  • Título:
     El lector de Julio Verne
  • Autor: Almudena Grandes
  • Editorial: Tusquets
  • Número de páginas: 417
  • Goodreads ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ 
Nino, hijo de guardia civil, tiene nueve años, vive en la casa cuartel de un pueblo de la Sierra Sur de Jaén, y nunca podrá olvidar el verano de 1947. Pepe el Portugués, el forastero misterioso, fascinante, que acaba de instalarse en un molino apartado, se convierte en su amigo y su modelo, el hombre en el que le gustaría convertirse alguna vez. Mientras pasan juntos las tardes a la orilla del río, Nino se jurará a sí mismo que nunca será guardia civil como su padre, y comenzará a recibir clases de mecanografía en el cortijo de las Rubias, donde una familia de mujeres solas, viudas y huérfanas, resiste en la frontera entre el monte y el llano. Mientras descubre un mundo nuevo gracias a las novelas de aventuras que le convertirán en otra persona, Nino comprende una verdad que nadie había querido contarle. En la Sierra Sur se está librando una guerra, pero los enemigos de su padre no son los suyos. Tras ese verano, empezará a mirar con otros ojos a los guerrilleros liderados por Cencerro, y a entender por qué su padre quiere que aprenda mecanografía.

Personalmente tengo claro que cuando no sé qué leer o me he cansado de la fantasía, Almudena Grandes es un comodín que nunca defrauda. Siempre me devuelve el gusto por la buena narración, por las historias que laten cerca del suelo que pisamos. Hace años que comencé a leer sus obras, pero no me había atrevido aún con sus Episodios de una guerra interminable; hasta hoy. Empecé El lector de Julio Verne como quien vuelve a casa: con la sensación de reencontrarse con una voz conocida, con esa mirada tan humana y tan nuestra que caracteriza a la autora.

29/10/25

Reseña | Los escorpiones


  • Título:
     Los escorpiones
  • Autor: Sara Barquinero
  • Editorial: Lumen
  • Número de páginas: 964
  • Goodreads⭐ 
Los Escorpiones es una novela de una obra narrativa titánica y misteriosa. Los protagonistas, Sara y Thomas, se ven envueltos en el entramado de una teoría de la conspiración dirigida por los poderes políticos y económicos, que pretenden controlar a los individuos a través de la hipnosis y los mensajes subliminales en libros, videojuegos y música para inducirlos al suicidio. Ambos llevan a cuestas desequilibrios emocionales y, mientras se teje entre ellos una relación inclasificable y poderosa, deciden investigar sobre esta secta cuyo nombre es el de una de las pocas especies animales que prefiere matarse antes que seguir soportando el dolor. Desde la Italia de los años veinte, pasando por el sur profundo de Estados Unidos en los ochenta, hasta llegar a la época actual en Madrid, Bilbao, un pueblo perdido de la España rural y Nueva York, esta es una historia sobre la angustia existencial, la soledad y la necesidad de creer en algo, sea lo que sea, para encontrar el sentido a la vida.


Personalmente llevaba meses con esta novela entre mis pendientes. Muchísimas personas, de cuya opinión literaria me fío bastante, consideraban que la obra de Sara Barquinero era un cinco estrellas de manual y, seamos sinceros, la temática parecía apuntar a que iba a convertirse en una de mis novelas favoritas. Por desgracia, no ha sido así. 

8/10/25

Reseña | Spiderlight


  • Título:
     Spiderlight
  • Autor: Adrian Tchaikovsky
  • Editorial: Alethé
  • Número de páginas: 326
⭐ Goodreads

La iglesia de Armes de la Luz ha combatido a las huestes de la Oscuridad durante tanto tiempo que ya nadie lo recuerda. Una gran profecía ha presagiado que un grupo de inadaptados, liderados por una sacerdotisa suprema, vencerán al Señor Oscuro Darvezian armados con su inteligencia, la bendición de la Luz y un artefacto arrebatado a la impía Reina Araña.

El viaje será largo, duro y repleto de peligros. Aliados que serán enemigos, enemigos que serán aliados. Y el Señor Oscuro espera, siempre espera…

Adrian Tchaikovsky es un autor difícil de encasillar. Lo mismo te construye una epopeya biotecnológica de escala cósmica (
Children of Time) que un relato pulp sobre imperios de insectos o una historia de fantasía clásica que se mira al espejo. Spiderlight pertenece a esta última categoría: una sátira del género, un experimento sobre la percepción no humana y, en teoría, una reflexión sobre el bien, el mal y los límites de la moral heroica. En la práctica, al menos para mí, el resultado queda lejos de lo que promete.

3/10/25

Reseña | Ponedle la corona


  • Título:
     Ponedle la corona
  • Autor: Andrea Serra
  • Editorial: Akane editorial
  • Número de páginas: 664 
  • Goodreads
Harlow nunca quiso ser soldado. Nunca quiso ser reina. Y ahora no tiene otra opción que ser las dos cosas. Firinn está en ruinas, pero sus soldados resisten. La presidenta de Saorr y Renek Vander están dispuestos a tomar los anillos del reino como sea, incluso si eso implica convertir al antiguo teniente en rey y a Harlow en su esposa. Ella solo quería recuperar a sus hermanos y ser libre. Ahora, eso cada vez parece más imposible.

Con la manada rota y su corazón en ruinas, Harlow se encuentra sumergida en una guerra incluso más peligrosa: una entre reyes y peones, políticos y traidores, visionarios y dictadores. Harlow quiere dejar de sentir, quiere olvidar. Quiere ser dueña de su propio destino. Y quizás, para conseguirlo, tenga que volver a romper con todo.



Tras haber leído Echadla a los lobos en prevente el año pasado, la segunda entrega de esta bilogía: Ponedle la corona, llevaba en mi lista de pendientes desd entonces. En esta novela retomamos a los protagonistas desde donde los habíamos dejado, alzándose contra el sistema en pos de la justicia. Aunque la primera no me apasionó y se me hizo demasiado previsible y con relaciones entre personajes poco creíbles, en esta ocasión he de decir que desde el primer momento, se nota que la autora ya ha ganado experiencia: la narrativa es más fluida, los personajes están mejor delineados y la historia se siente más redonda que en el primer libro. Además, a diferencia de otras sagas que parecen estirarse sin fin, Andrea Serra ha sido clara: no habrá continuación. Esto da a la novela un aire de conclusión definitiva, y en mi opinión, logra cerrar bastante bien los conflictos principales y dar un sentido de cierre a la historia, lo que siempre es un riesgo en una segunda parte.

24/9/25

Reseña | La voz de las espadas


  • Título:
     La voz de las espadas
  • Autor: Joe Abercrombie
  • Editorial: Alianza
  • Número de páginas: 752
  • Goodreads
El inquisidor Glokta, convertido en un cínico tullido tras su paso por las cárceles de los enemigos de la Unión, es ahora a su vez un eficaz torturador capaz de extraer cualquier información de un criminal o de quien decidan sus superiores. El capitán Jezal dan Luthar no ha hecho en su vida nada más peligroso que desplumar a sus amigos jugando a las cartas y soñar con la gloria de vencer en el certamen de esgrima. Pero se está fraguando una guerra, y en los campos de batalla del Norte la lucha se rige por normas mucho más sangrientas. Logen Nuevededos, infame bárbaro de pasado sangriento, acaba de perder a sus amigos y está decidido a abandonar sus tierras y dirigirse al sur, pero los espíritus le advierten que le busca un Mago de los Viejos Tiempos…
A pesar de que soy una fan incondicional de la fantasía, para mí Abercrombie ha sido durante los últimos años uno de los grandes olvidados. No por el público en general, sino por mi propia persona. Han pasado casi diez años desde que me leí la trilogía de El mar quebrado y, aunque me apasionó y la devoré, no he vuelto a caer en ninguno de sus libros...hasta ahora. De hecho, la trilogía de La primera ley era una de mis eternas pendientes desde hace mucho tiempo, así que iba siendo hora de ponerme con ella y, aunque me ha gustado, lo cierto es que esperaba mucha más emoción. Por lo tanto, si estás pensando en leerte esta trilogía he de avisarte de que el primero es muy introductorio y, a pesar de que hay muchas escenas de acción, no llega a tener un ritmo frenético en absoluto. 

17/9/25

Quiero, no puedo (y aparento): reflexiones en torno al libro de Raquel Peláez



  • Título: Quiero y no puedo. Una historia de los pijos de España
  • Autor: Raquel Peláez
  • Editorial: BlackieBooks
  • Número de páginas: 326
  •     ⭐ Goodreads

1853 Eugenia de Montijo pide su primer Luisvi 

1910 Alfonso XIII pone de moda el veraneo en el norte 

1950 La hija de Franco se casa con Cristóbal Martínez- Bordiú, el pollopera 

1963 Marisol se pone un vestido de Dior en Rumbo a Río

 1965 Abre Bocaccio en Barcelona 

1970 Julio Iglesias inaugura Puerto Banús

1980 Primera sudadera Don Algodón 

1986 Hombres G llevan la palabra «pijo» a las masas 

1992 Isabel Preysler y Miguel Boyer se compran Villa Meona 

2002 Se casa la hija de Aznar en El Escorial 

2003 El Real Madrid ficha a David Beckham 

2011 Cayetano Martínez de Irujo: «Los jornaleros andaluces tienen pocas ganas de trabajar». 

2016 Felipe Juan Froilán de Todos los Santos alcanza la mayoría de edad 

2023 Estalla la «Cayeborroka»  

Hitos de la historia de España, tal como la cuenta Raquel Peláez con mirada profundamente analítica y mordaz. La historia de un país encandilado por las apariencias, donde el imaginario de veleros, monterías, cócteles y bolsos de lujo convive con una creciente y angustiosa desigualdad social.

Con frecuencia hablamos de los Cayetanos, de su aesthetic, sus mocasines con borla y la pulsera con la rojigualda en la muñeca, pero todos sabemos que, aunque los cayetanos son pijos, no todos los pijos son cayetanos. El fenómeno es más amplio, más versátil, más escurridizo. Ya en 2020 las redes sociales se enzarzaban en ese debate, como demuestra el tuit de la imagen, señal de que el “ser pijo” no es una categoría cerrada, sino un caleidoscopio de formas, estilos y aspiraciones.

Interfaz de usuario gráfica, Texto, Aplicación

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Fuente: Twitter

No siempre nos referimos a alguien como “pijo” por su clase social o por su economía, de hecho, en la mayoría de las ocasiones nos guiamos por la apariencia, y es que formar parte del pijerío es una estética aspiracional que, aunque se originó ligado a una elite económica concreta, hoy en día lo reproducen tambien aquellos que no tienen acceso a dicho capital real.

De esto trata precisamente el libro de Raquel Pélaez: Quiero y no puedo. Una historia de los pijos de España. En él la autora tratará de hacer un espejo de la clase media española, esa que vive en un eterno simulacro de pertenecer a una élite a pesar de que la realidad económica no lo sostenga.