24/9/25

Reseña | La voz de las espadas


  • Título:
     La voz de las espadas
  • Autor: Joe Abercrombie
  • Editorial: Alianza
  • Número de páginas: 752
El inquisidor Glokta, convertido en un cínico tullido tras su paso por las cárceles de los enemigos de la Unión, es ahora a su vez un eficaz torturador capaz de extraer cualquier información de un criminal o de quien decidan sus superiores. El capitán Jezal dan Luthar no ha hecho en su vida nada más peligroso que desplumar a sus amigos jugando a las cartas y soñar con la gloria de vencer en el certamen de esgrima. Pero se está fraguando una guerra, y en los campos de batalla del Norte la lucha se rige por normas mucho más sangrientas. Logen Nuevededos, infame bárbaro de pasado sangriento, acaba de perder a sus amigos y está decidido a abandonar sus tierras y dirigirse al sur, pero los espíritus le advierten que le busca un Mago de los Viejos Tiempos…
A pesar de que soy una fan incondicional de la fantasía, para mí Abercrombie ha sido durante los últimos años uno de los grandes olvidados. No por el público en general, sino por mi propia persona. Han pasado casi diez años desde que me leí la trilogía de El mar quebrado y, aunque me apasionó y la devoré, no he vuelto a caer en ninguno de sus libros...hasta ahora. De hecho, la trilogía de La primera ley era una de mis eternas pendientes desde hace mucho tiempo, así que iba siendo hora de ponerme con ella y, aunque me ha gustado, lo cierto es que esperaba mucha más emoción. Por lo tanto, si estás pensando en leerte esta trilogía he de avisarte de que el primero es muy introductorio y, a pesar de que hay muchas escenas de acción, no llega a tener un ritmo frenético en absoluto. 
Como decía, La voz de las espadas es el inicio de la trilogía y, como tal, sirve a modo de introducción al mundo que nos plantea Abercrombie, quien no busca ofrecer una historia cerrada, sino desplegar un tablero, dar forma a un elenco coral y sentar el tono narrativo que caracterizará a la saga. Precisamente por eso puede dar esa sensación de que “no pasa gran cosa”, pero esa es parte de la estrategia: la novela se concentra en los personajes y su voz interior, antes que en grandes batallas o revelaciones épicas; aunque esto no significa que no haya acción, solo que no es el foco principal o, al menos, no por el momento.

Abercrombie parte de un marco de fantasía aparentemente clásico: imperios en guerra, gremios de magos, nobles ociosos y guerreros curtidos. Sin embargo, este escenario está impregnado de una visión desencantada. La Unión, que podría presentarse como el centro civilizado frente a los bárbaros del norte, se nos revela como un sistema corrupto y decadente: las luchas políticas pesan más que la amenaza externa. El autor rehúye la épica para mostrar lo ridículo, lo cruel y lo mezquino detrás de los discursos de grandeza. Este mundo se parece al nuestro en su realismo sucio: soldados que se equivocan, magos que manipulan, nobles que sólo buscan ascender en la jerarquía social. La supuesta utopía de la Unión esconde desigualdades, torturas institucionalizadas y un poder judicial convertido en herramienta política. Así, Abercrombie utiliza la fantasía como espejo deformante de la sociedad. 

En cuanto al elenco que forma esta primera entrega, quizá lo más llamativo es que cada uno de los portagonistas encarna uno de los arquetipos de la fantasía heróica. Por ejempo, Logen Nuevededos, uno de mis favoritos, puede recordarnos a menudo a la figura de Conan el bárbaro, pero su pesimismo y cansancio le convierten en un antihéroe; por otro lado, Sand dan Glokta, un inquisidor lisidaro y torturador oficial resulta un personaje repulsivo y fascinante. Su ironía interna genera una voz narrativa muy potente de critica al poder y a la hipocresía social. No obstante, mi personaje favorito por encima de todos ha sido el tan criticado Jezal dan Luthar, precisamente porque encarna al noble engreído, el héroe perfecto que resulta ser un individuo superficial y egoísta, pero que el autor consigue desvestir ante los lectores con una absoluta perfección. Todos ellos se entrelazan con otros no menos importantes, como Ferro o Bayaz, sin dejar que la trama principal llegue a desvelarse del todo. De hecho, llegas al final de la novela aún cuestionándote a dónde va todo esto y para qué sigues leyendo, pero continúas, porque en el fondo ya sabes que lo que se viene es bueno. 

Además, un punto muy a favor de esta lectura es el humor del autor. Si no es la primera obra de Abercrombie a la que te acercas ya estarás más que acostumbrado/a a ello pero, por si sí lo es he de decir que las escenas duras de violencia, lejos de la épica, están narradas con crudeza y un lenguaje ágil e irónico que hará que las páginas pasen volando, incluso aunque no encontremos un gran clímax entre sus páginas. No obstante, debemos entender La voz de las espadas como lo que es, un primer aceramiento a algo mayor y debemos como lectores, ser pacientes y aguardar a lo que vendrá después. Si se acepta la propuesta estoy completamente segura de que disfrutará enormemente de este comienzo.

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