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23/1/25

Cine | El conde de montecristo (2024)

 



El conde de Montecristo (2024)

Todos los sueños del joven Edmundo Dantès están a punto de hacerse realidad, y por fin podrá casarse con el amor de su vida, Mercedes. Pero su éxito inspira la envidia desde varios frentes. Traicionado por sus rivales y denunciado como miembro de una conspiración pro-Bonaparte, es encarcelado sin juicio en el Château d'If. Su compañero de prisión, Abbé Faria, le habla del legendario tesoro escondido en la isla de Montecristo, y Dantés sueña con escapar y urdir un plan extraordinario para vengarse de sus poderosos enemigos.




Llevaba queriendo ver esta película desde su estreno, esencialmente porque la obra de la que es adaptación y con la que comparte título fue una de mis lecturas favoritas del 2024. De hecho, ha sido uno de mis libros pendientes casi desde 2022, pero nunca me ponía a leerlo y, cuando por fin me decidí, me encantó. No obstante, tenía bastante miedo con la adaptación, no quería ver el libro estropeado porque últimamente veo tantas adaptaciones (y tantas terribles) que no sabía muy bien qué esperar. Para mi sorpresa, me gustó más de lo que pensaba, aunque ya iba en preaviso de que había ciertos cambios drásticos en la historia.

30/11/21

Reseña de cine | Dune




 Dune (2021)

Arrakis, el planeta del desierto, feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, queda en manos de la Casa de los Atreides después de que el emperador ceda a ésta la explotación de las reservas de especia, una de las materias primas más valiosas de la galaxia y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica (Rebecca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul Atreides (Timothée Chalamet), llegan al planeta con la esperanza de recuperar el renombre de su casa, pero pronto se verán envueltos en una trama de traiciones y engaños que les llevarán a cuestionar su confianza entre sus más allegados y a valorar a los lugareños, los Fremen, una estirpe de habitantes del desierto con una estrecha relación con la especia.




Hace ya unos meses pisé de nuevo un cine, en esta ocasión para ver una de las adaptaciones que más interés me suscitaba: Dune. Tuve la suerte de haber leído el primer libro durante el verano en una lectura conjunta y, de hecho, tenéis su reseña aquí. Como muchos ya sabréis, es una de las novelas más leídas dentro de la ciencia ficción, pero lo cierto es que a mí no me ha resultado ninguna maravilla. La narración en algunas ocasiones se me hizo demasiado lenta y cuando terminé el primer libro no quise continuar con la saga. No obstante, sí quería ver la adaptación, quería ver cómo se llevaba a la gran pantalla la novela, en parte porque tenía muchas papeletas de convertirse en una muy buena película y, por otro lado, porque quería ver si era una buena adaptación. Sinceramente, creo que así ha sido, aunque me he llevado sorpresas y decepciones, inevitablemente. 

Creo que antes de comenzar a ver la película hay que asumir lo que estamos a punto de ver, es decir, saber, aunque sea ligeramente, a lo que nos vamos a enfrentar. Sí, Dune es una película de ciencia ficción que dio pie a muchas sagas grandes y renombradas, pero no debemos esperar de ella la trepidante acción de Star Wars o de El señor de los anillos. Tampoco algo innovador, o una producción que nos muestre una trama completamente inesperada porque, como ya hemos dicho, sus elementos ya se han usado en muchísimas películas y series que han causado un gran impacto, desde Juego de Tronos hasta Star Trek. Dune es demasiado extensa, requiere mucho más tiempo para contar su historia del que nos podrían proporcionar las dos horas que dura la película y el director nos lo va a dejar claro. 

Al principio creí que iban a resumir todo el primer libro, con todo el trasfondo que este tiene, en una película y, sinceramente, me llevé una alegría al ver que tan solo es la primera parte de la novela. De este modo han sido capaces de dar cuenta de la profundidad de la historia, de temas tan complejos como las Bene Gesserit, aunque sigue pareciéndome que no han sido capaces de explicarlo con tanta claridad y atención como merece, y de la compleja vinculación de Paul con el mundo que se presenta en Dune. Es cierto que, en cierta medida, puede parecer que el espectador puede llegar a desconectar de la película debido a su lenta acción, cosa que me sucedía en la lectura de la novela, pero Paul hace de pegamento y nos permite continuar su aventura mientras nos va presentando las diferentes caras, historias y traiciones que hay en este nuevo universo. Dune da mucho de sí, y vamos a ser completamente conscientes de ello. 

Sigo reafirmando mi posición, no es una película que debas ver si no tienes ningún interés en seguir con la historia, en adentrarte en un nuevo universo y empaparte de él al completo. Esta primera producción tan solo nos proporciona una introducción de lo que vamos a conocer en las próximas películas y, a mi parecer, requiere de calma, atención y, sobre todo, paciencia. Además, creo que ha mejorado mi opinión de la saga, de hecho, salí de la sala del cine queriendo leer los siguientes, a pesar de que el primer libro no me había apasionado, por lo mucho que disfruté de la historia de los Atreides en la gran pantalla. 

Si sois fanáticos de la ciencia ficción, vais a disfrutar enormemente de esta película porque, aunque carezca de un gran dinamismo, tiene todo el potencial de convertirse en una de las grandes si se sigue haciendo con el mismo cuidado que ésta y, desde luego, puede ser una de las mejores adaptaciones que he visto (en cuanto a fidelidad con la novela). No me arrepiento en absoluto de haber aprovechado la vuelta a los cines con esta película y no descarto acabar leyendo los siguientes por lo mucho que disfruté de ella. 



7/9/21

Hablando de Gambito de Dama


 

¡Hola!, hace mucho que querría haber escrito esta entrada, de hecho, quise escribir sobre esto cuando me vi la miniserie de Netflix en la cuarentena de 2020. Seguramente, a estas alturas la mayoría de vosotros ya la habéis visto y/o habéis leído la novela en la que se inspira, por eso no me importa demasiado hacer algún spoiler al hablar de ella - y si no lo habéis hecho, por favor, dejad de leer y guardad esta entrada para más tarde

Gambito de dama es una adaptación de la conocida novela, que lleva el mismo nombre, escrita por Walter Tevis, fue producida por Netflix en 2020 y ocupó el top de la plataforma durante varios meses. Fueron muchos quienes decidieron aprender a jugar al ajedrez o perfeccionar sus estrategias tras quedar prendados de la historia de Beth Harmon. Personalmente, disfruté enormemente de la serie, no había leído la novela, de hecho, ni la conocía, pero desde que soy pequeña he jugado al ajedrez con mi padre así que ha sido una serie que he podido disfrutar enormemente. Tiene partes quizá más duras, pero no deja de ser amena, entretenida y, sobre todo, adictiva; si no recuerdo mal la terminé en una tarde. 

Lo que yo desconocía, y descubrí después de verla, es que la novela pretendía narrar la historia de Bobby Fischer, uno de los grandes maestros del ajedrez. Fischer fue un hombre con Asperger cuya vida adulta se caracterizó por ciertos episodios esquizofrénicos, lo que guarda cierto parecido con la historia de Beth, protagonista de Gambito de dama, aunque él nunca hizo uso de las drogas. Además, al igual que la protagonista fue abandonado por su madre siendo muy pequeño y ahogó sus penas y traumas infantiles en el ajedrez. Hasta el momento no me había interesado especialmente por la vida de Bobby Fischer, inevitablemente, para todos aquellos que disfrutan del juego es un nombre conocido, pero nunca había investigado tan a fondo su biografía como cuando terminé la serie (la novela aún la tengo pendiente). Si os gustan las biografías, sobre este personaje hay algunas muuy buenas que os recomiendo encarecidamente (y más aún si os gusta el ajedrez). 

Son muchos los que ya han hecho su reseña acerca de Gambito de dama, tanto de la serie como de la película, y todos han dejado bastante claro que es una serie muy buena. Desde luego, yo no voy a decir lo contrario, de hecho, diría que puede ser de las mejores que he llegado a ver en los últimos años; no recuerdo ninguna ahora mismo que me enganchase tanto como esta. Además, creo que lo bueno que tiene es que gusta a todas las edades (con esto quiero decir que no es del tipo de Los Bridgerton o series de este estilo que pueden interesar más a adolescentes o a un público más juvenil y, en muchas ocasiones, femenino, sino que pueden disfrutar con ella jóvenes y adultos (mi padre lo gozó viendo esta serie, y a él no le gusta verlas porque se le hacen largas, así que imaginad...)). Y, precisamente porque todos ya han dado su veredicto, no he querido venir a hablar de esta serie en esa línea, sino que lo único que quiero es resaltar algunos aspectos clave, elementos prioritarios en Gambito de dama y que no se han comentado tanto en las reseñas. 

En primer lugar: 

- Feminismo: He escuchado innumerables veces que Gambito de dama es una serie feminista porque Beth no se conforma con campeonatos femeninos, sino que quiere jugar contra los mejores, jugar de verdad. Desde mi punto de vista esto no hace que sea una serie feminista, sino que lo único que hace es mostrar parte del carácter de Beth. Es una chica ambiciosa, apasionada del ajedrez y necesita jugar, no quiere conformarse con migajas porque sabe que vale más que eso, no es una cuestión de género, es una cuestión de inconformismo. 

- Drogas: A lo largo de toda la serie estas son un elemento prioritario, Beth desarrolla una adicción a las pastillas que les dan en el internado, y, de hecho, estas tienen una estrecha relación con sus inicios en el ajedrez. La serie relata que uno de los efectos secundarios de estas pastillas es que le permiten ver el tablero en el techo, y de este modo practica jugadas antes de dormir. Creo que en muchas ocasiones se da a entender que Beth necesita las pastillas para jugar, de hecho, hay escenas en las que pierde o no está acertada porque no las ha tomado o está tratando de salir de su adicción, pero realmente no creo que la verdadera adicción de Beth sean las pastillas, su verdadera droga es el ajedrez. Esto se deja ver en la escena final, cuando compite contra Borishov; durante esta partida Beth ve las figuras del ajedrez en el techo a pesar de que no ha tomado las drogas y no solo eso, sino que consigue ganar a su rival. 

Este elemento también es adoptado de la vida de Bobby Fischer en la que está inspirada la historia de Beth aunque, como decía al inicio de la entrada, no tenía relación alguna con las drogas sino que las "alucinaciones" se debían a que en el colegio no le dejaban jugar al ajedrez durante sus clases, por lo que debía imaginarse el tablero en el techo y seguir jugando de este modo.

- El vestuario: Soy una fan del vestuario en las series, me encantan las películas o series de época por este mismo motivo y, si bien muchos hablaron de cómo Beth cambiaba su ropa a medida que iba creciendo y madurando, yo creo que se podría enfocar por cómo trata de representar todas las piezas en su ropa. Desde el peón hasta la reina. De hecho, gran parte de su vestuario mezcla blancos y negros, exactamente igual que el tablero. Os animaría a ver la serie de nuevo viendo las piezas del ajedrez en su ropa, es como ver una serie completamente diferente, dice mucho que se pierde si no atendemos a este elemento. 

- EEUU vs. URRS: No hace falta jugar al ajedrez para saber que los grandes jugadores suelen venir de Rusia, allí hay una gran afición y los niños aprenden siendo muy jóvenes. No me di cuenta de este aspecto hasta que llegué a una escena que al principio no entendí; la del niño prodigio ruso. Llega un momento en el que Beth debe jugar contra un niño proveniente de Rusia y le gana, pero el chiquillo le hace una pregunta que deja al espectador descolocado, quiere saber si en Estados Unidos hay cines al aire libre o en los coches, es algo que le llama enormemente la atención y que si no nos fijamos en la época en la que está ambientada la serie no comprenderemos. 

A lo largo de toda la serie Beth representa la cultura de Estados Unidos en ese momento. Constantemente necesita de los demás, se apoya en ellos, se nutre de aquellos que conoce y le aportan pero, en el instante en el que empiezan a significar demasiado, o se entrometen demasiado en su vida, les aparta. Beth es individualista, va a su aire y, por desgracia, falla. Pasa de un torneo a otro, pero se distancia de aquellos que la aprecian y termina fallando en cuanto les aleja de su vida. No es hasta que acude al torneo en Rusia y observa la forma en la que allí juegan al ajedrez que se da cuenta. En Rusia, el ajedrez no es individual, tú solo te caes frente al tablero; lo que hacen es trabajar todos juntos las jugadas, estudiarlas, aprovechar las fortalezas de los demás para triunfar, apoyarse entre todos ellos y, al final, no es uno contra uno, son cien contra el rival. Es entonces cuando Beth se da cuenta de que ella sola no puede contra todos los maestros del ajedrez de Rusia que estudian juntos las jugadas y el estilo de juego que tiene, necesita de los demás. Beth representaba el individualismo de EEUU, la cultura de los jóvenes que se dejaban llevar por las drogas y esperaban llegar al éxito al ganar cada vez más dinero, esto contrasta con la vida de Rusia. En la escena final observamos como Beth juega al ajedrez en una plaza rusa, contra señores que se reúnen para jugar al aire libre todos los días, mientras que en EEUU se encerraba en su habitación a practicar jugadas contra sí misma constantemente. 

Espero que os haya resultado una entrada interesante, que os percatéis gracias a ella de algunos elementos que llaman bastante la atención y que me contéis también si habéis visto Gambito de dama y qué os ha parecido.





11/12/20

Reseñando series | Anne with an E

 


Hace apenas unas horas que he terminado de ver una de las series que más me ha enganchado desde Las chicas del cable, y es, ni más ni menos, que la famosísima Anne with an E (titulada Ana, en España). Si no la conocéis o aún no le habéis dado una oportunidad, os animo encarecidamente a verla. Está disponible en Netflix. 

Si no tenéis ni idea de esta serie, os comento que se trata de una adaptación de la conocida saga Ana de las tejas verdes, escrita por la autora Lucy Maud Montgomery. Una serie de novelas que tienen por protagonista a Ann. 



Esta historia comienza con los hermanos Cuthbert, Matthew y Marilla, quienes deciden adoptar a un muchacho para que ayude a Matthew con las tareas de la granja. Empero, en su lugar, reciben a una niña por error. Al principio desean revertir el cambio, pues una niña no les sirve para ayudar a Matthew. Sin embargo, al final Anne, con su carácter tan alegre y vivaracho, su ilusión y su gran imaginación, consigue conquistar a los hermanos y estos deciden quedarse con ella. 

Anne tiene 12 años y lleva toda su vida en un orfanato, a raíz de lo cual ha desarrollado una vívida imaginación que, en muchas ocasiones, hace que viva constantemente en las nubes y meta la pata con mucha frecuencia. Se trata de una niña alegre que dice en voz alta todo lo que piensa, sin miedo a defender sus principios y aquello en lo que cree, con ilusión por conocer el mundo que la rodea aunque cometa muchos errores. Además de su pelo rojo, que hace que destaque por encima de todas las demás niñas de Avonlea, su personalidad y carácter también harán que Anne no pase inadvertida, y al principio tendrá muchos problemas ganándose la confianza de sus vecinos, que la tratarán de forma despectiva y la apartarán constantemente. Pero nada puede detener la energía de esta muchacha, que logrará ganarse poco a poco la confianza de los residentes y de sus compañeros de escuela. 

Además de la compañía de sus padres adoptivos, que animarán y apoyarán a Anne a lo largo de toda la serie, queriéndola como a una hija, también contará con el apoyo incondicional de su mejor amiga del alma, Diana Barry, una chica de buena familia con la que consigue conectar desde el primer momento, y su enemigo principal, Gilbert Blythe, un chico de la escuela con el que compite constantemente y del que algunas de sus amigas están enamoradas, motivo por el que Anne promete no hablarle jamás a pesar de la evidencia de que Gilbert siente cierta simpatía por ella. 

Pero lo que más me ha impactado de la serie son los múltiples temas que trata. Y no solo en cuanto a las múltiples ocasiones en las que Anne desafía lo que "debe hacer una señorita" (el carácter que se supone que debe tener, los modales, la apariencia, etcétera), sino también porque se habla de racismo, se habla de homosexualidad, de la libertad, de la esclavitud, del bullying e incluso del maltrato infantil. Creo que esto es lo que hace que Anne with an E sea una serie realmente completa, que no se queda en la historia de Anne, sino que atañe a temas de rabiosa actualidad. Es cierto que, en ocasiones, peca de ser poco verosímil, pero creo que es importante centrarse en lo que quiere decir, en los discursos y las ideas que trata de transmitir, los cuales, en mi opinión, no se tratan con ligereza, dándoles el importante papel que deben tener. 

En cuanto a la construcción de los personajes, tampoco puedo alegar nada. Me ha parecido que, pese a que Anne es el atractivo principal y la historia gira completamente alrededor de ella, muchos otros personajes tienen un papel relevante en la historia, y lo hacen sin que parezca incómodo o forzado; ellos mismos adquieren el rol que deben tener y consiguen que el lector le coja cariño incluso al más insoportable de ellos. Realmente, a la par que vamos conociendo a Anne, conocemos también a todo su entorno, su vida, sus temores, sus orgullos, e incluso he llegado a sufrir más por alguna trama secundaria que por la de la propia Anne en según qué momentos. 

En definitiva, Anne with an E ha sido un descubrimiento maravilloso, una serie que se ha ganado mi corazón y que estaba deseando que jamás terminase. Me veía capítulos y capítulos al terminar el día, no podía cansarme, y aunque sabía cómo terminaban las cosas, pues cuando era adolescente me leí las novelas, no podía evitar emocionarme y llorar como una magdalena con cada final de capítulo. Sin duda, a raíz de la serie estoy deseando volver a leer los libros que tanto disfruté de niña.