8/10/25

Reseña | Spiderlight


  • Título:
     Spiderlight
  • Autor: Adrian Tchaikovsky
  • Editorial: Alethé
  • Número de páginas: 326
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La iglesia de Armes de la Luz ha combatido a las huestes de la Oscuridad durante tanto tiempo que ya nadie lo recuerda. Una gran profecía ha presagiado que un grupo de inadaptados, liderados por una sacerdotisa suprema, vencerán al Señor Oscuro Darvezian armados con su inteligencia, la bendición de la Luz y un artefacto arrebatado a la impía Reina Araña.

El viaje será largo, duro y repleto de peligros. Aliados que serán enemigos, enemigos que serán aliados. Y el Señor Oscuro espera, siempre espera…

Adrian Tchaikovsky es un autor difícil de encasillar. Lo mismo te construye una epopeya biotecnológica de escala cósmica (
Children of Time) que un relato pulp sobre imperios de insectos o una historia de fantasía clásica que se mira al espejo. Spiderlight pertenece a esta última categoría: una sátira del género, un experimento sobre la percepción no humana y, en teoría, una reflexión sobre el bien, el mal y los límites de la moral heroica. En la práctica, al menos para mí, el resultado queda lejos de lo que promete.

La historia arranca en un mundo de fantasía genérico en el que un grupo de aventureros se embarca en la típica misión sagrada: derrotar al Señor Oscuro. El grupo está formado por los estereotipos de siempre: la sacerdotisa virtuosa, el pícaro cínico, el guerrero de pocas palabras, la hechicera de moral dudosa, y el sabio que guía al grupo.
Hasta aquí, nada nuevo. Lo interesante es que, según una profecía, el grupo necesita a un ser que encarne la oscuridad para completar su misión. Y ese ser resulta ser Nth, una araña monstruosa que habita en las profundidades del bosque.

Nth es capturado y transformado mágicamente en un humano para acompañar a los héroes en su cruzada. Desde ese momento, la novela alterna entre los puntos de vista humanos y la mirada de Nth, que intenta comprender qué significa ser humano, tener cuerpo, emociones y un sentido del “bien” en una guerra que, realmente, le es indiferente. Esa premisa, más que prometedora, es brillante: Tchaikovsky sabe como pocos trasladar la lógica de una mente animal a la narrativa, y aquí aprovecha la oportunidad para explorar temas como la empatía, la moral impuesta y la artificialidad del heroísmo.

Las páginas narradas desde el punto de vista de Nth son, con diferencia, las más interesantes del libro. Tchaikovsky consigue hacernos percibir el mundo a través de un ser que no comparte nuestros sentidos ni nuestras categorías mentales. Hay pasajes donde la araña intenta entender el significado del calor humano, del miedo o del deseo, y su desconcierto es profundamente humano sin ser sentimental. Nth no es un mero “monstruo con corazón”, sino un ser que observa y juzga el absurdo de los humanos: su tendencia a simplificar el mundo en polos de luz y oscuridad, su violencia ritualizada, su fe ciega en causas que ni siquiera entienden. A través de su mirada, Tchaikovsky parece querer desmontar los clichés de la fantasía heroica, exponer sus grietas morales y mostrar lo monstruoso en los propios héroes.

El problema es que el resto de la novela no acompaña. La sátira del grupo de héroes y del sistema de valores que representan queda atrapada en un tono que no termina de decidirse: ni es lo bastante mordaz como para funcionar como parodia, ni lo bastante serio como para sostener un drama moral convincente para el lector.
Así, el grupo de aventureros acaban pareciendo simples clichés. No hay verdadera evolución ni profundidad; sus conflictos resultan previsibles, y su humor, forzado. El intento de ironizar sobre los tropos del género termina diluyendo cualquier implicación emocional.

Aunque la intención es clara, se percibe que el autor quiere mostrar el absurdo del maniqueísmo, el ritmo narrativo se resiente: las escenas de viaje se sienten repetitivas, los diálogos tienden a lo explicativo y la historia parece avanzar más por obligación que por tensión real. En ocasiones tuve la sensación de estar leyendo una campaña de rol con demasiada autoconciencia de serlo, pero sin la frescura ni la espontaneidad del juego.

Creo que Spiderlight aspira a ser una reflexión lúcida sobre la naturaleza del bien y del mal, el libre albedrío y la percepción, pero acaba perdiéndose entre su propio sarcasmo. Es una historia que observa los engranajes del género sin atreverse del todo a romperlos.
El resultado es una novela que se lee con interés en sus primeras páginas, sobre todo por la voz de Nth, pero que pronto se vuelve irregular y algo monótona. Spiderlight tiene ideas brillantes y momentos notables, pero la ejecución no está a su altura. La novela brilla cuando Tchaikovsky se adentra en la mente de la araña, cuando explora la otredad y los límites del pensamiento humano. Sin embargo, cuando intenta ser divertida o subversiva, la tela se deshilacha.

Quería que me gustase, pero me dejó indiferente. No porque sea mala, sino porque se queda a medio camino de todo lo que podría haber sido: una sátira afilada, una fábula filosófica o una historia emotiva sobre lo que significa ser otro. Es, en definitiva, una buena idea atrapada en una red demasiado floja para sostener su propio peso.

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