Quizá incluso este ha sido mi error, ponerme con este libro tras haber terminado Reino de cenizas. No me parecía que este fuese a estar a la altura de esa saga, eso ya lo tenía más que claro, pero leerlos seguidos quizá hizo que mi opinión al respecto decayese aún más de lo que lo podría hacer si hubiese dejado un poco más de tiempo entre uno y otro. Ahora no importa, lo que habría sido ya no será y la realidad es que no abriré si quiera el segundo libro de Los seis de Atlas.
¿Qué ha sido tan terrible para que abandone esta saga? En realidad, nada. Es un libro que te deja exactamente igual que cuando lo empezaste, no siento que este haya pasado por mí o me haya relatado una historia lo suficientemente potente como para tener siquiera algo que criticar. La ambientación no es mala, incluso puedo llegar a comprarla: una sociedad secreta, una mansión con muchísimos encantamientos...Una nueva versión de colegios de magia y hechicería en versión moderna. Y digo moderno sin tener mucha información al respecto porque, exceptuando la entrada de los protagonistas a la Academia, realmente no vuelve a profundizar en ella. No sabemos quién cocina, qué horarios suelen tener etcétera es todo genérico. Los días pasan a toda velocidad. relatando únicamente algunos acontecimientos importantes y nada más lo que, a mí parecer, dificulta que empaticemos con los personajes, que podamos conectar con ellos, con su día a día y sus preocupaciones en una casa en la que aprenden de física, historia y magia. Creo que muchos disfrutamos viendo a Harry Potter asistir a clases de pociones o de quidditch y eso nos permitía conocerle mejor, saber qué sentía allí, si le gustaba o no algo… aquí lo supones porque son todo arquetipos: la chica dulce y frágil con mucho poder, la chica guapa, poderosa y malvada, luego tenemos al mismo personaje pero en masculino; el chico dulce para la friendzone y el misterioso y prepotente… no veo sorpresas. De hecho, lo único sorprendente puede ser las relaciones y sentimientos que surgen entre ellos tras tres interacciones porque la autora no nos cuenta mucho más de cómo les va allí.
De hecho, cuando crees que ya está todo el pescado vendido, como se suele decir, porque ya sabes de quién sospechar y casi cómo va a terminar todo introduce un par de giros argumentales que, como no has sido capaz de empatizar prácticamente con ninguno y no entiendes bien la relación que hay con los profesores o entre los propios profesores, no termina de sorprenderte. Es como un receta hecha sin esperar los tiempos indicados en las instrucciones, no acaba de cuajar. Y cuando crees que y no puedes pedirle más…nuevo giro argumental, pero este sí que sobraba. ¿Hacía falta crear ese drama para que la tensión amorosa esté incluida dentro de la academia?
A mi parecer no sería necesario si se aprovechasen correctamente los personajes y la trama principal no necesitase de tramas secundarias o terciarias para tener algún tipo de emoción… lo cual no quita que sea un libro muy cómodo de leer, de hecho, es bastante corto y cuando te das cuenta llevas más de la mitad. El problema es, precisamente, que no te das cuenta de que te lo has terminado porque no hay nada especial, intrigante o llamativo en sus 400 páginas. Podría nunca haberlo abierto y estaría exactamente igual…
Hace tiempo que decidí no seguir leyendo libros que no me aportasen nada, no por pedantería sino por cuestiones prácticas ¿Para qué seguir perdiendo tiempo y esfuerzos en leer una novela que no estoy disfrutando y que desde las primeras páginas sé que no me va a aportar nada nuevo? Como mucho analizar el motivo de que sea tan insípida pero no me compensa. Al menos no existiendo tantos libros buenos e interesantes a los que dedicarles mi escaso tiempo.