Título: El metal perdido
- Autor: Brandon Sanderson
- Editorial: Nova
- Número de páginas: 652
- ⭐⭐⭐⭐
Waxillium Ladrian, vigilante de la ley convertido en senador de la gran ciudad, lleva años intentando dar caza a la sombría organización llamada el Grupo -entre cuyos líderes se cuentan su difunto tío y su hermana-, desde que empezaron a secuestrar a personas con el poder de la alomancia en su linaje. Cuando la detective Marasi Colms y su compañero Wayne encuentran un almacén ilegal de armas con destino a la ciudad exterior de Bilming, se abre ante ellos una nueva pista. El conflicto entre Elendel y las ciudades exteriores favorece al Grupo, que ya extiende sus tentáculos hasta el Senado de Elendel -cuya corrupción pretenden destapar Wax y Steris-, y la ciudad de Bilming está incluso más implicada de lo que creían.
Después de que Wax descubra un nuevo tipo de explosivo capaz de desatar una destrucción sin precedentes y comprenda que el Grupo ya debe de tenerlo, un kandra inmortal al servicio del dios de Scadrial, Armonía, le revela que Bilming ha caído bajo la influencia de otro dios: Trell, venerado por el Grupo. Pero Trell no es el único factor que interviene procedente del amplio Cosmere, puesto que a Marasi la reclutan unas personas de fuera del planeta dotadas de extrañas capacidades, que afirman que su objetivo es proteger Scadrial... a toda costa.
Wax deberá decidir si deja a un lado las dificultades de su relación con Dios y se convierte de nuevo en la espada que Armonía lo ha estado preparando para ser. Si nadie da el paso y actúa como el héroe que Scadrial necesita, el planeta y sus millones de habitantes sufrirán una repentina y calamitosa ruina.
Ahora que todo el mundo está leyendo Viento y verdad, me dispongo a hacer la reseña del último libro de la era 2 de Mistborn (Nacidos de la bruma). He de decir que llegar aquí me ha costado mucho esfuerzo, en primer lugar porque esta segunda parte no me ha gustado tanto como la primera y, en segundo lugar, porque Mistborn tampoco me ha apasionado tanto como El archivo de las tormentas. No obstante, hemos llegado y estoy bastante satisfecha.
Los primeros libros se me hicieron cuesta arriba, de hecho, tardé mucho más de lo planeado en llegar a Brazales de duelo, que me hizo retomar la saga, y menos mal que lo hice porque este último mejora toda la saga mucho más de lo que yo esperaba.
Si no habéis leído absolutamente nada de Brandon Sanderson, os insto efusivamente desde aquí para comenza pero, desde luego, este no es el libro adecuado para ello. Si, por algún casual estás comenzando el cosmere o leyendo Mistborn era 1... te animo efusivamente también a dejar de leer esta reseña. No porque yo vaya a hacer ningún spoiler intencionadamente, pero lo cierto es que la era 2 tiene mucho que ver con la 1, y no quieres que yo te estropee la lectura ¿verdad? Guárdate esta reseña para cuando ya hayas echado un par de lloraditas en El héroe de las eras.
El metal perdido pone fin a la segunda era de Mistborn, solucionando algunos de los problemas que se habían fraguado a lo largo de la saga con la trama de el Grupo y todo lo relativo a Armonía y su vinculación con el cosmere. Está ambientada seis años después de Brazales de duelo, lo que nos permite ver las consecuencias que los sucesos de esta novela ha tenido en los personajes, comprenderles y verles crecer. A mí me ha gustado especialmente la nueva dinámica que tiene el grupo con Wayne/Marasi y Wax/Steris, además de las nuevas incorporaciones que se dan al final del tercer libro.
Que haya retomado por completo la trama de los Kandra, la vinculación con Armonía y Trell, y la cantidad de secretos que descubrimos en este último libro me ha encantado. Chillaba en cada mención que quitaba la manta sobre muchos secretos que hasta el momento se me presentaban completamente opacos. Sin duda es una era que hay que leer después de terminar los cuatro primeros de El archivo de las tormentas, y a saber si mejor también con el quinto (aunque todavía no le he echado el guante). Además, es el primero de la era 2 que no se me hace especialmente lento, porque a mí la trama política y todo el drama con los áridos me da bastante pereza. Mi interés residía en el cosmere y los sistemas de magia que hay de fondo, aunque entiendo la necesidad de otras tramas simultáneas que compliquen ciertos asuntos. No obstante, en El metal perdido siento que Sanderson va mucho más al grano que en otros libros y eso me ha permitido disfrutarlo muchísimo más.
Además, como decía, la evolución de los personajes es notable y Wax, aunque sigue siendo el protagonista indiscutible, no tiene tanto protagonismo, lo que permite que se luzcan otros personajes fabulosos como Wayne, Marasi e incluso Steris, que en el primer libro no me gusataba y ahora me encanta. De hecho, ojalá Steris cobre más protagonismo porque echo de menos personajes sin cualidades mágicas o fuera de lo común que se hagan valer y muestren que todos son válidos e indispensables. Ya estaba un poco harta de alomantes superpoderosos y casi inmortales.
A mi parecer es un perfecto cierre para la segunda era, que deja muchas pistas para lo que se viene dentro del cosmere, y con muchas ganas de seguir conociendo los planes que Sanderson tiene para nuestros personajes. El final de este libro también es tremendamente doloroso, aunque estoy casi segura de que no nos vamos a librar de ciertos personajes tan pronto como creemos, porque con Sanderson nunca se sabe. Para mí no es la mejor saga de este autor, de hecho, la era 1 le da quinientas vueltas pero, contra todo pronóstico ha sido muy disfrutable.
Holaaaaa
ResponderEliminarNo he leído al autor
Un abrazo ^^