Título: La maldición en la sangre- Autor: M.L. Wang
- Editorial: Umbriel
- Número de páginas: 512
- ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ Goodreads
Durante veinte años, Sciona ha dedicado cada momento de su vida al estudio de la magia, impulsada por el loco deseo de lograr lo imposible: convertirse en la primera mujer en ser admitida en el Alto Magisterio de la Universidad de Magia e Industria. Cuando Sciona por fin hace realidad su ambición y se convierte en una alta maga, descubre que sus desafíos apenas han comenzado. Sus nuevos colegas están decididos a hacerla sentir incómoda y, en lugar de un asistente de laboratorio calificado, le asignan un conserje. De lo que ni Sciona ni sus compañeros se dan cuenta es que su taciturno asistente no siempre fue un conserje. Diez años atrás, era un cazador nómada que perdió a su familia en su peligroso viaje desde las llanuras salvajes hasta la ciudad. Pero ahora ve la oportunidad de entender las fuerzas que diezmaron a su tribu, lo expulsaron de su tierra natal y mantuvieron a los privilegiados en el poder. Al principio, la maga y el forastero mantienen una relación conflictiva. Pero mientras trabajan juntos, desentrañan un antiguo secreto que podría cambiar el curso de la magia para siempre… siempre y cuando no los mate primero.
La maldición de la sangre combina la fantasía con el dark academia y, personalmente, la he devorado. Es mi primer contacto con la autora y la verdad es que no esperaba una novela tan adictiva y sorprendente, a pesar de que innumerables personas me la habían recomendado.
En primer lugar, lo que quisiera
destacar es la espectacular caracterización y ambientación que lleva a cabo la
autora. Desde el primer capítulo, que comienza de forma magistral, nos adentramos
en un mundo misterioso en el que la Maldición opera arrebatando la vida de
aquellos que llevan a cabo la travesía. Aunque tardaremos bastante en
comprender cuál es el origen de la Maldición y cómo opera realmente.
Posteriormente, se nos presenta a Sciona
Freynan y comprenderemos qué es la magia y la importancia que esta tiene en el
mundo; cómo opera, a través de qué aparatos y qué elementos son necesarios para
llevarla a cabo. De hecho, de la mano de Sciona conoceremos a los altos cargos
de la Magistería de Tiran y su titánico esfuerzo por hacerse un hueco en un
mundo de hombres. Esto se debe a que la alta magia está reservada para los
hombres, únicamente se permite a una mujer hacer la prueba cada diez años y,
aunque no hay precedente de que ninguna lo haya logrado previamente, Sciona
está dispuesta a ir en contra de cualquier estadística o probabilidad y
demostrar su valía.
No obstante, Sciona no es el
único personaje relevante de esta novela. Nadie puede terminar La maldición
en la sangre sin haberse encariñado con Thomil y Carra o con alguno de los secundarios.
Lo que me ha gustado especialmente es que no cae en idealismos fáciles, ninguno
de los personajes es puramente bueno o malo, son personas con muchas diferencias
y con preocupaciones propias que ven la realidad de forma parcial. No son
omnipotentes y no sabría decir si son finalmente egoístas o no, pues sus actos
no se podrían juzgar sin llevar puestos sus zapatos. Esto le ha dado una gran
verosimilitud a la historia y ayuda al lector a empatizar y comprender mejor sus
acciones.
Si bien la ambientación es
realmente novedosa e interesante, la narración ágil y dinámica, así como los
personajes tan bien construidos, con motivaciones propias, sesgos personales,
creencias irracionales y grandes virtudes, hacen que la lectura de La
maldición de la sangre sea muy amena. Cuando te des cuenta seguramente ya
te encuentres completamente dentro de la trama y casi por la mitad de sus páginas
porque es realmente adictiva. Como os decía, me leí esta novela en apenas un
par de días, no podía dejar de leer y quería saber cómo iba a terminar todo ya
que tiene muchos giros argumentales que no puedes ver venir y que dejan al
lector con la miel en los labios de lo que se vendrá después.
Además, a pesar de que la trama es bastante compleja y cuenta con una serie de problemas que podrían hacer que llegar a un final sólido fuese una ardua tarea, estoy realmente satisfecha del cierre que le han dado. Es un final desgarrador para el lector que se ha sumergido en la novela y se ha encariñado de los personajes, pero pienso que no habría una alternativa mejor. El final representa, queramos o no, un grito por la libertad y los derechos de todos aquellos que se consideran ciudadanos de segunda y nos evidencia que las luchas sociales no siempre son pacíficas y no tienen que serlo, porque en muchas ocasiones es necesario romper algunos platos para conseguir algo grande.
A lo largo de toda la historia,
la autora, M.L. Wang realiza varias críticas sociales que son, en gran medida, lo
que hace a esta novela especialmente relevante. No solo en el personaje de
Sciona, que se ve obligada continuamente a pelear por ser respetada, por
hacerse un hueco en la Alta Magistería lidiando con la condescendecia de sus
compañeros e incluso los malos tratos y agresiones sexuales. También Tariel es
una sociedad profundamente jerarquizada en la que gran parte de la sociedad se
ve obligada a vivir en condiciones de pobreza extrema porque son considerados
animales. No ya ciudadanos de segunda, como muchos ven a Sciona, sino meros
bárbaros sin civilizar que adoran a dioses paganos y reniegan de la verdad.
Veremos como muchos personajes
tratan mal a este grupo de individuos, les agreden e incluso les torturan
simplemente por placer, porque ellos no son considerados seres humanos y sus
vidas no resultan relevantes. Con ello la autora no solo hace una profunda
critica al colonialismo, poniendo en evidencia las doctrinas de los magos que
se encuentran recogidas en sus textos sagrados, y mostrando como la verdad
muchas veces se encuentra edulcorada y esconde mentiras que nadie quiere
aceptar, también reflexiona sobre los verdaderos motivos para considerar que alguien
no merece respeto ni un trato digno, así como la culpa y responsabilidad del
mal. La filósofa Hannah Arendt ya abordaba estos temas aludiendo a la banalidad
del mal, ya que los actos atroces no siempre son realizados por personas malévolas,
sino que, en la mayoría de los casos, son personas normales que se niegan a
asumir las consecuencias de sus actos, que deshumanizan para poder continuar,
que prefieren olvidar las consecuencias de sus acciones o que simplemente acatan
ordenes sin reflexionar sobre si es o no ético seguirlas.
Relacionado con este asunto, M.
L. Wang aprovecha el conflicto de la trama para que el lector reflexione sobre
las propias acciones y hasta qué punto estamos realmente comprometidos con
hacer algo para beneficiar a los demás, o si lo haríamos aunque ello traiga
consigo problemas para nosotros mismos y nuestros seres queridos. A través de
los ojos de Sciona también veremos cómo, en muchas ocasiones, no somos
conscientes de nuestro propio sesgo y de nuestro propio privilegio.
Realmente, La maldición en la
sangre, es una novela amena, ágil y entretenida que empleando los hechizos y la magia nos lleva a cuestionar nuestra
propia preocupación por aquellos que no gozan de nuestras mismas condiciones, repensar
los derechos humanos, la igualdad y la dignidad que todos se merecen a la par
que nos lleva a cuestionar cuánto de nuestra ética no es más que un mero
panfleto teórico que oculta tragedias y horrores de los que todos somos cómplices.
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