No obstante, tras un exhaustivo análisis del horario del Celsius, que como siempre sale a última hora dejándote poco margen de maniobra y con ganas de poder sacar tiempo de donde no lo hay, establecí mi ruta.
Como no podía ser de otro modo, mi primera parada en el Celsius fue el martes 16, en la presentación de Malenka Ramos llevada a cabo por mi amiga Sara de Modus Leyendi. No sé cuántas veces ha presentado ya a esta autora en numerosos festivales y a mí solo me ha dado por leerme su novela ahora, una desgracia. En esta ocasión hablaban de su último libro, El asesino de la máscara noh, un thriller de terror que a mí me enganchó muchísimo, a pesar de tener que dejar de leer por la noche porque me estaba dando un poco de mal rollo. Si os gusta este género os la recomiendo encarecidamente, autora nacional con muchísimas publicaciones a sus espaldas que no os va a dejar indiferentes en absoluto.
Mi siguiente visita al Celsius se hizo esperar unos días, pero no podía ser otra. Si lleváis siguiendo este blog desde sus inicios, por ahí por 2014, sabréis que me leí todo lo habido y por haber de Cazadores de sombras (hasta perdí un bus por ir leyendo Lady Midnight). Pocos mundos de fantasía me ganaron tanto como el escrito por Cassandra Clare, cuando era adolescente decía que me leería hasta su lista de la compra y creo que sigue siendo así. Los últimos no me han encantado tanto, pero no puedo dejar de pensar en cómo devoré, porque no hay otra palabra, la trilogía de los orígenes y mi pasión por Sebastian Morgenstern. Nunca pensé que esta autora y yo íbamos a respirar el mismo aire, pero ha pasado.
Lo que no ha pasado nada bien ha sido llegar a las cuatro de la tarde y ver que ya había gente esperando para la firma que era a las seis... pintaba feo. Tuvimos que tomar una decisión crucial y fue elegir entre la charla o la firma y, evidentemente, me quedé con la segunda. Al fin y al cabo charlas puede dar en otros momentos o se pueden ver en diferido, pero no sabremos cuándo volverá a España. En fin, después de una hora y pico al sol, pensando en cuánto tardaba un cuerpo humano en derretirse tuvimos el golpe de gracia: darnos cuenta de que mi amiga Sara tenía el pase de colarse y no lo sabía. Gracias infinitas porque de lo contrario, con el límite de firmas y la de gente que había, es probable que no nos llegase a firmar el libro.
Con esto tuve que cerrar mi visita al Celsius 232 ya que, aunque me quedaban muchas autoras por ver y, estaba deseando asistir a la charla de Laia López, que me coincidiese en las fechas con el Tsunami fue un gran fallo. El viernes por la tarde comenzaba el festival y las mañanas iban a ser demasiado duras para conducir hasta Avilés. Lo bueno es que me llevo un pequeño botín de libros y, como siempre, muchas experiencias vividas. El año que viene volveremos a la carga, esperemos que con más tiempo 👻💗.
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