Tres Guineas - Virginia Woolf
Debolsillo | 448 pág.
Goodreads ⭐⭐⭐
En Tres guineas (1938) Woolf recupera el tema de la independencia de la mujer analizando en profundidad la discriminación de la que es víctima, y revindica el derecho a tener la misma educación y oportunidades que el hombre. El mensaje de fondo es que solo de esta manera se lograría alcanzar un mundo racional y pacífico, donde una dama podría contestar libremente a cualquier pregunta.
Estos dos textos se pueden leer conjuntamente en la medida que Tres guineas se puede considerar como una elaboración de los temas que ya se plantearon en Un cuarto propio. Ambos tienen mucho por decir y muchas de las cuestiones esbozadas siguen siendo vigentes, pues las mujeres de occidente son libres de hablar, opinar y de poseer una habitación propia pero en muchas ocasiones no se ha aprendido a escucharlas.
Hace unos meses me leí el primer relato de este libro, Un cuarto propio, el primero que leía de esta autora. No sabía muy bien qué esperarme de él, había leído mil opiniones diferentes, buenísimas y terribles. Me preocupaba en cierto modo que fuese un panfleto propagandístico pero, por suerte, no ha sido así. Podéis leer mi reseña haciendo click aquí.
Cuando decidí terminar de una vez este libro y leer el siguiente relato, de nuevo, no sabía qué me iba a encontrar. Muchas personas me dijeron que Tres guineas era incluso mejor que Una habitación propia, que los temas eran mucho más profundos, sobre todo dado que la extensión de este cuento es mucho mayor y permite que la autora desgrane más aún su pensamiento. De hecho, creo que son dos relatos que se deberían leer seguidos, como una segunda parte del mismo tema. Con todo, aunque Tres guineas no me ha disgustado tampoco es que me haya parecido ninguna maravilla, es decir, mi vida habría seguido exactamente igual si nunca lo hubiese leído.
Mientras que Una habitación propia hace especial hincapié en la literatura, en las dificultades de las mujeres para publicar, e incluso en los tipos de obras que escriben unos y otros pero, en esta ocasión, Virginia Woolf apuesta más por otro tipo de asuntos, más políticos. Decide profundizar en la necesidad de educar a las mujeres, de buscar que ellas tengan también un hueco en la sociedad pública, que tengan voz, porque pensar siempre han pensado, pero no siempre se les ha dado la oportunidad de cambiar el mundo. Obviamente, me ha gustado el análisis que lleva a cabo de la importancia que se da a la educación para mujeres y hombres, me ha parecido muy interesante cómo se llevaba a cabo la instrucción de ambos géneros en aquella época y como, incluso entonces, ellas trataban de conseguir su "altavoz". No obstante, no puedo evitar terminar esta lectura con un sabor de boca agridulce, esperaba otra cosa, algo mucho más literario. Siempre he leído de otras amigas que la calidad literaria de Virginia Woolf es inigualable pero, lamentablemente, no lo he encontrado en estas páginas. Quizá la cuestión sea buscar otra de sus obras, una que deje ver su genialidad y no tanto su pensamiento político.
En resumen, siento que poco más tengo que decir de esta obra. Un relato mucho más extenso de lo que esperaba, teniendo en cuenta los temas que trata, claro está. No es que sea una lectura tediosa, incómoda o aburrida, ni mucho menos, pero es cierto que tampoco se va a convertir en una de mis predilectas. De hecho, creo que se va directa al cajón de las "ni fu ni fa", aquellas que han pasado sin pena ni gloria por mis manos. Espero pronto poder reseñar alguna novela más interesante que esta... aún así, si os gusta mucho Woolf creo que aprovecharéis esta obra y disfrutaréis mucho de su lectura.
Disfruto descubriendo clásicos así que quizá algún día me animé a leerlo aunque ahora mismo no es lo que más me apetece
ResponderEliminar¡Hola! De Virginia Woolf he leído una novela y la verdad es que su forma de escribir no me terminó de convencer del todo, aunque sí que me gustaría darle otra oportunidad en algún momento, así que no descarto leer esta historia.
ResponderEliminar¡Nos leemos!