Reseña | Una habitación propia

 

Una habitación propia - Virginia Woolf 

189 pág. | Debolsillo 

Goodreads ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ 

"Una Habitación Propia" esconde la reflexión que la autora hizo para un ciclo de conferencias sobre la literatura y la mujer. El ensayo recorre la historia literaria de la mujeres, cuyo fin último es el de reivindicar para el género femenino la posibilidad de ser admitido en una cultura que hasta entonces se había mostrado como uso exclusivo de los hombres, en una sociedad inglesa de una pronunciada idiosincrasia patriarcal. En "Una habitación propia" Virginia Woolf revela toda la evolución de su pensamiento feminista.

Este era uno de esos libros que tenía pendientes desde hace siglos, es por ello que, en cuanto tuve un poco más de tiempo disponible, me puse con él. No he leído nada de Virginia Woolf antes de Una habitación propia y tenía ciertas reticencias, no me terminan de encajar los libros tildados de feministas, porque no termino de comprar algunos de los mensajes que esperan vender, aún así, con este no me ha pasado lo mismo. 

Este ensayo se basa en una serie de conferencias que Virginia Woolf desarrolló en 1928 en la Universidad de Cambridge. En ellas, defiende una tesis muy clara y que repite a lo largo de toda la obra, a saber: "Que las mujeres necesitan dinero y una habitación propia para poder escribir novelas" (aunque no únicamente novelas sino, en general, para poder escribir). A continuación, tratará de explicar su punto de vista, aquello que sustenta su tesis y todos los inconvenientes que las mujeres se encuentran cuando quieren escribir, no solo los comentarios despectivos de los hombres, sino también el ser constantemente interrumpidas, no disponer de un espacio de calma, de quietud para pensar, un espacio propio para dar rienda suelta a su genialidad. Para dar respuesta a estas cuestiones, la autora nos hará un extenso resumen del papel de la mujer en la historia de la literatura y en la sociedad, sobre todo haciendo hincapié en el siglo XVII, ya que considera que es la época en la que menos visibilidad han tenido y menos se les ha permitido escribir. 

Además, Virginia Woolf se apoyará en tres obras principales, o mejor dicho, en tres autores principales: Shakespeare (como modelo de genio de la literatura), Jane Austen (como modelo de primera novelista reconocida y buena) y las hermanas Brontë (como ejemplo de escritoras que podrían haber dado mucho más de sí si les hubiesen permitido escribir, si hubiesen tenido la opción de escribir algo más que novelas, y se hubiese liberado su obra de la rabia y las emociones ligadas a su situación como mujeres). 

[...] uno ve que ella nunca conseguirá una expresión total de su genio. Sus libros serán deformes y torcidos. Escribirá con rabia, en lugar de escribir serenamente. Escribirá tontamente en lugar de escribir con sensatez. Escribirá sobre ella misma en lugar de escribir sobre sus personajes. Está en guerra con su destino

Pero, aunque el eje central del ensayo es la relación entre las mujeres y la literatura, también se tocarán muchos aspectos relativos al proceso de escritura, las necesidades de los diferentes autores, hombres y mujeres, aquello que propicia los productos que emanan de ellos. Siento que a su vez es un ensayo sobre la literatura, alabando su importancia, su relevancia, tanto entonces como hoy en día. Me ha gustado especialmente cuando habla de que no creamos de cero, siempre que nos sentamos a escribir -aquellos que disfruten de hacerlo, claro está- traemos a coalición a todas las autoras y autores que hemos leído antes, todas sus historias, sus estilos... y, a veces, es fácil verles entre nuestras propias líneas. Quiero destacar una frase en concreto que me ha parecido especialmente relevante y que me ha hecho detener mi lectura: 

Porque las obras maestras no nacen aisladas y solitarias; son el producto de muchos años de pensar en común, de pensar en montón, detrás de la voz única, de modo que esta es la experiencia de la masa.

Supongo que me ha recordado demasiado a la conocida frase de Newton: Si he podido ver más lejos es porque he subido a hombros de gigantes. Woolf, en este caso aplicado a la literatura, se detiene por un momento para dejar constancia de la importancia de leer a otras mujeres, de dejar que su pensamiento nos influya, que sus historias modulen también las nuestras. Subraya que los temas de los que hablan los dos géneros no son los mismos, porque sus condiciones no son las mismas, escriben en circunstancias radicalmente diferentes y, por tanto, su realidad, y por consiguiente aquello sobre lo que van a escribir, es diferente. Por ello es importante leerlas también a ellas, no permitir recibir únicamente una versión de la realidad. 

En general, Una habitación propia, ha sido una grata sorpresa. En primer lugar, porque no esperaba que fuese una novela, más bien ensayo, que me gustase especialmente, no creía que fuese a encontrar nada en ella que resonase en mí, pero así ha sido y, en segundo lugar, porque me ha dejado un buen rato pensando, ojalá pudiese enseñar cómo ha quedado mi ejemplar, lleno de anotaciones y páginas marcadas. Supongo que, a fin de cuentas, no han cambiado tantas cosas de entonces a ahora, pues, aunque no parezcan idénticas, en el fondo, en esencia, lo son. 

Si aún no habéis leído nada de Virginia Woolf este me parece un buen comienzo, da una imagen de cómo es su pluma y de "qué pie cojea", lo cual está bastante bien. Me imagino que, aunque sea de las más conocidas, no será su mejor obra, pero da cuenta de lo que nos podremos esperar en las demás.