13/7/21

Reseña | Agnes Grey

 


Agnes Grey - Anne Brontë

Alianza | 263 p. | 2017

Goodreads ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ 

Cuando su familia queda empobrecida tras una especulación fnanciera desastrosa, Agnes Grey decide colocarse como institutriz para contribuir a los escasos ingresos familiares y demostrar su independencia. Pero su entusiasmo se apaga rápidamente al tener que luchar contra los difíciles hijos de los Bloomfeld y el doloroso desdén con que la trata la familia Murray. Inspirada directamente en las infelices experiencias de la autora, Agnes Grey describe las temibles presiones a que se sometía a las institutrices en el siglo XIX.






Desde hace años las hermanas Brontë son unas de mis autoras de cabecera, especialmente Emily al ser la autora de mi libro favorito, Cumbres Borrascosas. A pesar de ello, nunca me había decidido a leer Agnes Grey, habitualmente se considera la obra más floja de las tres hermanas y quizá por ello no me llamaba demasiado la atención, no quería llevarme un chasco o perder tiempo en una novela que no me iba a gustar. Ahora que la he terminado no puedo hacer otra cosa que no sea lamentar mi error, de hecho, podría decir que se sitúa como uno de los mejores libros de 2021, y uno de los que más releeré con el tiempo. He sido capaz de verme en múltiples ocasiones en las reflexiones de Agnes Grey, y aunque el estilo de Anne Brontë dista mucho del de Emily, leerla ha sido una delicia. 

Agnes Grey es la hija pequeña de una familia humilde, su padre es párroco y su madre rechazó su cómoda vida y sus riquezas por casarse con el amor de su vida. Desde su infancia ha vivido sin muchas preocupaciones, su madre y su hermana se encargaban de todo y querían que ella pudiese disfrutar y estudiar, sin preocuparse de nada más. Pero esto cambia cuando su situación empeora, entonces Agnes decide ser útil para su familia y convertirse en institutriz. Esta decisión causa cierto revuelo en su familia que, aunque al principio trata de disuadirla, termina por aceptar su decisión e incluso le brindan su ayuda para encontrar a la que será su primera familia, los Bloomfield. 

En el hogar de la familia Bloomfield, Agnes se dará cuenta de que la vida de institutriz no es tan fácil como parece y que hay familias muy, muy, difíciles. Se tendrá que enfrentar a unos alumnos sin disciplina, con hábitos un tanto violentos que no será capaz de corregir, y unos padres que no querrán brindarle ningún tipo de ayuda. Por suerte, no tendrá que estar demasiado tiempo con ellos, ya que enseguida prescindirán de su ayuda en la casa y Agnes podrá volver a su hogar, descansar y recuperar fuerzas para enfrentarse a su siguiente familia, los Murray. Agnes llega para ser la institutriz de dos jovencitas, Rosalie y Matilda, dos hermanas que son completamente diferentes, por un lado, Rosalie, es una muchacha vanidosa, que cuida de su imagen constantemente, su principal interés es atraer jovencitos de la zona y, en ocasiones, romperles el corazón. En cambio, su hermana Matilda está demasiado ocupada con los caballos, los perros y las cacerías como para preocuparse por hombres o su apariencia, constantemente maldice como uno más de la casa, y aunque Agnes tiene la labor de "traerla al redil" para hacer de ella una joven casadera, pronto se verá que es una tarea imposible. Pero allí Agnes también hará amigos, a los que podrá visitar cuando las chicas no requieran de su compañía, pero sobre todo habremos de destacar a uno, Mr. Weston, un párroco de las cercanías, por el que nuestra protagonista se siente interesada, primero por su facilidad de palabra, por su fe y, posteriormente, por su bondad y su interés en la lectura. 

No es al hombre, sino su bondad, lo que amo

Lo cierto es que Agnes Grey es una novela, lenta, pausada, muy introspectiva y, aunque tiene pocas páginas en comparación con el Jane Eyre o Cumbres Borrascosas de sus hermanas, tampoco es una lectura ágil y dinámica. No debemos olvidar que, a fin de cuentas, se encuentra inmersa en la corriente realista británica, aunque no podamos decir que se trata de una novela de Dickens, o rusa, sí que comparte en cierto modo alguna de sus características, lo que hace que requiera una lectura mucho más lenta de lo que estamos acostumbrados en la actualidad.

Para mí, Anne Brontë tiene una pluma mucho más dulce que sus hermanas, mientras que en Emily todo es muy tormentoso, siento que la forma de narrar de Anne es mucho más suave. Pero no por ello es menos afilada, constantemente critica la sociedad de la época, demasiado centrada en las apariencias, en la que ser mujer significaba cargar con muchas dificultades y restricciones. Nos relata la vida de Agnes, pero a su vez es crítica con las situaciones que esta ha de vivir y sus cargas, así como las de las muchachas a las que Agnes debe educar. Además, no se debe olvidar que es una novela relativamente corta, en la época de Dickens contar una historia como esta, con todos los detalles y las emociones que Anne Brontë consigue imprimirle, en menos de trescientas páginas me parece todo un logro. De algún modo, la autora consigue que el lector se sumerja en la historia que, cuando se quiera dar cuenta esté viviendo los sinsabores de la protagonista casi como si fuesen los suyos propios, esto quizá se deba a que no deja de ser una obra muy autobiográfica, muchas de las anécdotas bien pudo haberla vivido la pequeña de las Brontë en el tiempo que fue institutriz. 

Es tonto desear la belleza. Las personas sensatas nunca la desean para sí, ni le dan importancia en los demás. Si la mente está bien cultivada y el corazón bien dispuesto, a nadie le importa el exterior.

Me he encontrado en el personaje de Agnes Grey a una muchacha a la que siempre se la ha considerado como débil, demasiado joven, a la que se le ha incapacitado para cualquier cosa que quisiera hacer con el fin de protegerla, pero que a pesar de ello ha decidido buscar su camino. Hacer valer sus decisiones, incluso aunque la experiencia no fuese tan buena como ella esperaba que fuese. Con todo, demostró su tenacidad, su fuerza de voluntad y su entereza al no amedrentarse frente a la situación que estaba viviendo y supo hacer de ello una experiencia agradable, al menos en la medida de lo posible. Quizá no he podido evitar verme en muchas de sus reflexiones, en su búsqueda de la tranquilidad, de un espacio en el que poder leer con calma, y en el que calmar sus preocupaciones y su añoranza. 

Sin duda, Agnes Grey ha sido una novela que me ha dejado con muy buen sabor de boca, arrepentida de no haberme dignado a leerla antes, y que no dejaré de recomendar siempre que pueda. Dede luego no la calificaría como la peor obra de las Brontë, ni de lejos, me ha parecido una novela preciosa, con una pluma diferente a lo que me esperaba siendo hermana de Emily y Charlotte, pero muy buena igualmente, más dulce, emocional, e introspectiva. Si no habéis leído aún esta obra, os la recomiendo encarecidamente, no creo que vayáis a arrepentiros. 



2 comentarios:

  1. Justo leí este libro en esa misma edición y lo disfruté, leer clásicos siempre es un gran descubrimiento =)

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