Reseña | Gema

 

Gema - Milena Busquets

176 pág. | Anagrama | Feb. 2021

Goodreads ⭐ ⭐

Una escritora, a sus cuarenta y tantos años, se desliza por su vida sin grandes aspavientos ni tampoco grandes obstáculos insalvables. Ve cómo su relación amorosa parece cercana a su fin y cuida de sus dos hijos. Este horizonte de tranquilidad se revolverá tras una inesperada reaparición. Se trata de Gema, antigua compañera de estudios, que falleció de leucemia a los quince años. La de Gema fue una de las dos muertes que con más fuerza le golpearon; la otra fue la de su padre, pero él había vivido toda una vida, mientras que la de Gema apenas comenzaba. ¿Y si hubiera vivido tanto como ella? ¿Qué existencia hubiera tenido? ¿En quién se habría convertido? ¿Cuándo la vio por última vez? ¿Pudo despedirse de ella? ¿Por qué el tiempo ha ido diluyendo el recuerdo de la amiga muerta? La necesidad de responder a estas preguntas inician las pesquisas de la narradora. Para rescatar a Gema del olvido se reunirá con algunas viejas amigas que también la conocieron, a buscar alguna foto de grupo de la clase, a visitar el colegio, a rastrear esquelas en un periódico, a indagar sobre lo sucedido con el restaurante que tenían los padres de la chica...

Hace unos meses llegó a mí un artículo en el que se recomendaba este libro. No había leído aún nada de Milena Busquets, pero me había topado con reseñas muy buenas sobre su novela anterior, así que me pareció que era el momento oportuno para ponerme con ella. Os adelantaré que fue un error. 

Como os decía, no había leído nada de esta autora, desconocía su estilo y lo único que sabía era que el libro iba de Gema, una adolescente que había fallecido de leucemia con 15 años. A priori no es que me pareciese la sinopsis más llamativa de entre todos mis libros pendientes, pero había leído tan buenas críticas que sentí la necesidad de comprobar de una vez por todas qué era lo que tenía Milena Busquets para dar pie a tales opiniones. A día de hoy diré que sigo sin comprender de dónde han salido dichas reseñas; sigo buscando cuál ha sido el motivo que yo he pasado por alto. Aquellos que me recomendaron Gema me dijeron que era una novela con grandes reflexiones, muy intima y profunda. Pues bien, yo diría que es superficial hasta decir basta. 

La autora nos presenta a una protagonista anónima, de la cual podríamos decir que es su propio alter ego. Una mujer que se dedica a escribir, con dos hijos y que sale con un hombre famoso con el que comparte muchas aficiones, círculo social y gustos pero que, a pesar de ello, le empieza a resultar aburrido. Constantemente la protagonista se pregunta acerca de sus sentimientos, si lo que siente es amor o, por el contrario, es rutina y costumbre, trata de identificar cuándo sabemos que estamos enamorados y qué es el detonante que nos lo indica. Sobre todo cuando se le plantea la opción de irse de vacaciones con él y sus hijos y, aún así, decide quedarse porque siente que necesita estar sola. De por sí esto no merecería ninguna queja si no fuese porque cuenta esto en apenas veinte páginas. Milena Busquets va directa al grano, no se entretiene con detalles, pero es que ni siquiera cuenta detalles; es una novela llena de acciones, no relata apenas, sientes que no llegas a conocer a los personajes porque te los presenta en apenas unas páginas, no hay tiempo para cogerles cariño, para identificarnos con ellos, es todo una continua sucesión de acontecimientos. Mi sensación a medida que avanzaba en su lectura era la de no saber por qué me estaba contando aquello. Evidentemente, sigues el hilo de la historia, de la vida de la protagonista, pero echaba en falta una buena narración que acompañase a los hechos, que pudiese meter al lector en la historia, que le diese perspectiva. 

Mientras que la protagonista en cuestión lleva a cabo sus intentos de organizar su vida, recuerda a una de sus compañeras del colegio, Gema, una niña que falleció a causa de la leucemia y en la que no ha vuelto a pensar desde entonces. Hace memoria hasta la última vez que la ha visto y siente la necesidad de saber qué fue de ella, o más bien qué fue de sus padres, si alguien la conocía y escribió sobre ella, si sus amigas la recuerdan, si alguien más sabe cómo fue su vida hasta que falleció, pues aunque ella había sido muy buena amiga suya, apenas recuerda nada de Gema. Siente que en ese momento no le dio la importancia suficiente debido a su infantilismo adolescente y ahora cree que se debe rendir cuentas con su pasado. 

Lo cierto es que es una novela muy corta, demasiado corta. Como mencionaba antes, apenas narra; es una sucesión de acciones que necesitan -de hecho, piden a gritos- una narración profunda, una voz que hile la historia, porque, de lo contrario, sucede lo que ha pasado con Gema: cuando terminas, sientes que el libro se ha acabado de golpe. Estás esperando que te cuente qué pasa, qué hay, cuál es el final, a dónde quiere llegar con esta historia, y de golpe y porrazo, fin. Siento que a la novela le faltan páginas y profundidad. No es que tenga una mala premisa, pero su ejecución es bastante pobre. Carece de algo a lo que aferrarse y la sensación que deja al lector es de ser bastante superficial, sin rastro de las reflexiones que prometían las reseñas. Casi me atrevería a decir que, más que una novela, es una crónica. Después de esto, dudo que vuelva a leer a Milena Busquets. La suya no parece, para nada, el tipo de narración que me interesa.