Reseña | El viejo y el mar

Título: El viejo y el mar
Autor: Ernest Hemingway
Nº de páginas: 210

El viejo y el mar es uno de los relatos más bellos que jamás se han escrito. En la cúspide de su maestría, Hemingway alumbró una historia en cuya sencillez vibra una inagotable emoción: en Cuba, un viejo pescador, ya en el crepúsculo de su vida, pobre y sin suerte, cansado de regresar cada día sin pesca, emprende una última y arriesgada travesía. Cuando al fin logre dar con una gran pieza, tendrá que luchar contra ella denodadamente. Y el regreso a puerto, con el acoso de los elementos y los tiburones, se convierte en una última prueba. Como un rey mendigo, aureolado por su imbatible dignidad, el viejo pescador culmina finalmente su destino

Hace tiempo que tengo este clásico entre mis lecturas pendientes, aunque nunca me ponía con él, no era uno de mis predilectos, porque aunque su trama me daba mucha curiosidad, la verdad es que el realismo tan puro no acaba de convencerme, me había pasado con Kafka, y me daba la sensación de que con este clásico me iba a suceder algo similar.

Al empezar este libro me encontré con un prólogo introductorio, explicando el motivo de que el autor decidiese escribir este libro, cómo se puso a escribir, qué tenía en mente, y qué trataba de exponer en él. La verdad es que se me hizo bastante rápido porque los que explica en él me ha resultado muy interesante, y me daba más ganas de comenzar el libro, que para ser sinceros, necesitaba algo de emoción a la hora de comenzarlo, porque todo el mundo me decía que era un libro bastante aburrido.
Tras haberlo leído puedo decir que me esperaba algo más, que sigo en mi línea de que el realismo puro y duro no acabe de engancharme del todo, y necesite quizá algo más de profundidad, aunque también puede ser que el tema de la pesca, no es uno de mis grandes intereses, y siempre me ha parecido bastante aburrida, solitaria y cansada, por mucho que se empeñe Hemingway en transmitir su pasión hacia esta actividad en el libro, no ha hecho cambiar mi opinión, aunque he visto el amor por la mar (como dicen aquellos que aman el océano), muy bien reflejado en su narrativa, hasta el punto de poder identificar mi propio amor por este elemento en algunas de sus palabras, y conmoverme con las reflexiones del protagonista.

Esta historia trata de un viejo pescador, llamado Santiago, que hace tiempo que es incapaz de pescar nada, parece que la suerte le ha abandonado, aunque él no se preocupa mucho. Antes le acompañaba un chico en sus viajes por el mar, pero ahora el muchacho va a pescar con otro bote, que tiene mejor suerte en la actividad, aunque Manolín, que es el chico le tiene mucho aprecio al viejo, al igual que todos los personajes que aparecen en la novela, pues quizá por ser un antiguo pescador tiene el respeto de todos sus compañeros. El protagonista va relatando su rutina en la pesca, su día a día, y cómo ha cambiado todo desde que él comenzó en ese arte,a menudo vemos su crítica hacia las nuevas tecnologías, no como tales sino porque a él no le hacen falta, él pesca a a vieja usanza, y a veces le chirrían las nuevas costumbres de los ricos.
Es una novela que no retrata un gran espacio de tiempo, tan solo unos 4-5 días, en unas doscientas páginas, en estos días el viejo tan solo nos relata su mala suerte, y una pesca dificultosa que hace en alta mar, puede parecer que es una trama bastante sosa, pero la realidad es que, en esa complicada pesca que realiza Santiago en solitario, lo importante no es la acción, sino lo que esta desencadena en la cabeza de este viejo pescador, pues toda la novela está repleta de reflexiones, sobre la edad, la juventud, la vejez, el paso del tiempo, y la soledad, ya que por casualidades de la vida Santiago está completamente solo en la vida, y también en su bote, donde a menudo echa de menos a Manolín, su compañero, el cual se preocupa mucho por él. También vemos un gran trasfondo sobre la superación personal, sobre el afán de conseguir algo, y cómo asumir la derrota después de mucho esfuerzo. 

En resumen, este libro ha sido bueno, porque no se me ha hecho pesado, aunque tampoco comprendí a la perfección las partes técnicas sobre la pesca, ya que no soy muy profesional en el tema, ni si quiera una principiante. Los personajes, aunque no conocemos un gran espectro de su vida, me han parecido muy completos, quizás con poco protagonismo por parte de Manolín, pero con un gran fondo en Santiago, mucha profundidad en sus reflexiones, y mucho cariño hacia la mar por parte del autor. Quizá no el mejor clásico hasta el momento, pero tampoco me ha defraudado.