Reseña| Medio mundo

Título: Medio Mundo
Autor: Joe Abercrombie
Editorial: Fantascy
Nº de páginas: 448
Serie: Mar quebrado 2/3

Espina Bathu es una de las pocas chicas de Gettlandia que ha recibido el don de la Madre Guerra. Desesperada por vengar la muerte de su padre, vive para la lucha. Pero tras un trágico accidente en el cuadrado de entrenamiento, su propio instructor la tacha de asesina y se convierte en una proscrita. 
 Zafándose del destino, la joven queda atrapada en una conspiración cuando se embarca en la nave del padre Yarvi, un clérigo tremendamente astuto. Junto con el resto de la tripulación, Espina surcará medio mundo en busca de aliados para luchar contra el despiadado Alto Rey, y aprenderá lecciones muy duras a base de engaños y sangre. 
 La acompaña en este viaje el joven Brand, un guerrero que odia matar. Aunque en una sociedad tan bélica como esta se le considera un fracasado, el periplo por el mar Quebrado le ofrecerá una oportunidad inesperada para redimirse a los ojos de todos.

(Lo siento, pero es posible que encontréis pequeños spoilers sobre el libro anterior en esta reseña. Es imposible no contar algo.)

La última reseña que hice fue el primer libro de la trilogía Mar quebrado y la verdad es que no pude esperar ni un minuto a seguir con este otro, realmente no me esperaba que la trilogía fuese de esta manera, pues contaba con que el personaje principal siguiese siendo Yarvi, y la historia continuase alrededor de él y su familia, pero no ha sido de ese modo, y aunque al principio tengo que admitir que no me gustaba demasiado, me parecía que iba mucho más despacio en la trama, y no era capaz de conectarme con la protagonista, ni con la historia en general. 

En esta segunda entrega la historia comienza un tiempo después de lo que ocurre en el primero, siendo Yarvi ya clérigo del rey, y estando asentado en su reino, teniendo a su alrededor diferentes historias sobre sus hazañas, y de este modo el respeto de algunos de sus habitantes. Pero la historia comienza centrándose en Hild, o Espina Bathu, la única chica que sigue en el cuadrado aspirando a ser algún día una buena guerrera. Normalmente las mujeres acaban dejando de combatir, dedicándose a otras labores mucho mejores para ellas, por voluntad propia o por pura obligación, pero Espina no es como las otras mujeres, es dura, fiera, y letal, en cierto modo, aparta a todas las personas de ella, y su único objetivo es luchar, y ganar por supuesto, siendo el temor de todos sus compañeros, y dándoles a la mayoría una buena paliza en cada combate. Cuando comienza la trama Espina está en su prueba para entrar en el ejército del rey, pero por desgracia no pasa la prueba (de manera muy injusta), y es declarada una asesina por su fiereza. 
A su vez nos presentan a Brand, otro chico que está haciendo la prueba para entrar al ejército del rey, su prueba consiste en luchar contra la misma Espina, pero se puede decir que el muchacho no tiene la misma agresividad que Espina, ya que sigue el consejo que le dio su madre antes de morir "Hacer el bien" y "vivir en la luz", pero resulta que hacer el bien es algo muy subjetivo, pues el bien no es el mismo para todos. Debido a su intento por hacer el bien, Brand tampoco supera su prueba, y no es aceptado como guerrero, lo que hace que ambos chicos acaben siendo compañeros de remo, en el barco dirigido por el padre Yarvi, que si bien en esta novela es un personaje más o menos secundario, no deja de estar presente a lo largo de toda la historia, al igual que alguno de los anteriores personajes como pueden ser Rulf o Sumael. 

La trama de esta segunda entrega al principio me resultaba muy lenta, y era incapaz de conectar con Espina, demasiado hosca, fría, temible y fiera para que me llegase al corazón, o eso pensaba yo, mientras que por el otro lado, Brand era un chico demasiado bueno, demasiado noble para poder entender a la perfección su ansia por hacer el bien. 
Aunque me alegro enormemente de haberme confundido en los juicios, pues a medida que avanzaba la historia iba cogiendo cariño a ambos, tanto cuando estaban juntos, por lo bien que se completaban, como por separado, ya que debajo de tanta hostilidad, Joe ha creado un personaje (de nuevo) muy complejo en su forma de ver la vida, de ver el mundo en general, de sentir y de actuar, por lo que con cada página veía como la coraza de ambos se abría poco a poco, e iba comprendiendo su forma de ser, hasta el punto de sufrir muchísimo cuando algo malo les pasaba. Pues quizá Abercrombie no mate a demasiados personajes en sus libros, pero les hace pasarlo realmente mal, con muchos giros argumentales tan impredecibles como cautivadores. 

Como resumen, debo admitir que Joe Abercrombie está consiguiendo con su forma de narrar tan elaborada, y maravillosa que me de cuenta de porqué me gusta tanto el género fantástico, y como echaba en falta buenos libros de fantasía en mis lecturas. 
Sin duda se está convirtiendo en uno de mis autores de este género favoritos, y con cada libro se reafirma, la trilogía está siendo para mí todo un descubrimiento, no solo del autor, sino de un mundo que me fascina, y unos personajes que me tienen sin lugar a dudas enamorada. Y creo que cuando termine el tercero realmente me va a pesar en el alma que termine, pues he quedado enamorada de las costas del mar quebrado, de Yavir, de Espina, de Brand, y de todos los peculiares personajes que se me presentan en sus páginas.