¡Hola!, hace mucho que querría haber escrito esta entrada, de hecho, quise escribir sobre esto cuando me vi la miniserie de Netflix en la cuarentena de 2020. Seguramente, a estas alturas la mayoría de vosotros ya la habéis visto y/o habéis leído la novela en la que se inspira, por eso no me importa demasiado hacer algún spoiler al hablar de ella - y si no lo habéis hecho, por favor, dejad de leer y guardad esta entrada para más tarde -
Gambito de dama es una adaptación de la conocida novela, que lleva el mismo nombre, escrita por Walter Tevis, fue producida por Netflix en 2020 y ocupó el top de la plataforma durante varios meses. Fueron muchos quienes decidieron aprender a jugar al ajedrez o perfeccionar sus estrategias tras quedar prendados de la historia de Beth Harmon. Personalmente, disfruté enormemente de la serie, no había leído la novela, de hecho, ni la conocía, pero desde que soy pequeña he jugado al ajedrez con mi padre así que ha sido una serie que he podido disfrutar enormemente. Tiene partes quizá más duras, pero no deja de ser amena, entretenida y, sobre todo, adictiva; si no recuerdo mal la terminé en una tarde.
Lo que yo desconocía, y descubrí después de verla, es que la novela pretendía narrar la historia de Bobby Fischer, uno de los grandes maestros del ajedrez. Fischer fue un hombre con Asperger cuya vida adulta se caracterizó por ciertos episodios esquizofrénicos, lo que guarda cierto parecido con la historia de Beth, protagonista de Gambito de dama, aunque él nunca hizo uso de las drogas. Además, al igual que la protagonista fue abandonado por su madre siendo muy pequeño y ahogó sus penas y traumas infantiles en el ajedrez. Hasta el momento no me había interesado especialmente por la vida de Bobby Fischer, inevitablemente, para todos aquellos que disfrutan del juego es un nombre conocido, pero nunca había investigado tan a fondo su biografía como cuando terminé la serie (la novela aún la tengo pendiente). Si os gustan las biografías, sobre este personaje hay algunas muuy buenas que os recomiendo encarecidamente (y más aún si os gusta el ajedrez).
Son muchos los que ya han hecho su reseña acerca de Gambito de dama, tanto de la serie como de la película, y todos han dejado bastante claro que es una serie muy buena. Desde luego, yo no voy a decir lo contrario, de hecho, diría que puede ser de las mejores que he llegado a ver en los últimos años; no recuerdo ninguna ahora mismo que me enganchase tanto como esta. Además, creo que lo bueno que tiene es que gusta a todas las edades (con esto quiero decir que no es del tipo de Los Bridgerton o series de este estilo que pueden interesar más a adolescentes o a un público más juvenil y, en muchas ocasiones, femenino, sino que pueden disfrutar con ella jóvenes y adultos (mi padre lo gozó viendo esta serie, y a él no le gusta verlas porque se le hacen largas, así que imaginad...)). Y, precisamente porque todos ya han dado su veredicto, no he querido venir a hablar de esta serie en esa línea, sino que lo único que quiero es resaltar algunos aspectos clave, elementos prioritarios en Gambito de dama y que no se han comentado tanto en las reseñas.
En primer lugar:
- Feminismo: He escuchado innumerables veces que Gambito de dama es una serie feminista porque Beth no se conforma con campeonatos femeninos, sino que quiere jugar contra los mejores, jugar de verdad. Desde mi punto de vista esto no hace que sea una serie feminista, sino que lo único que hace es mostrar parte del carácter de Beth. Es una chica ambiciosa, apasionada del ajedrez y necesita jugar, no quiere conformarse con migajas porque sabe que vale más que eso, no es una cuestión de género, es una cuestión de inconformismo.
- Drogas: A lo largo de toda la serie estas son un elemento prioritario, Beth desarrolla una adicción a las pastillas que les dan en el internado, y, de hecho, estas tienen una estrecha relación con sus inicios en el ajedrez. La serie relata que uno de los efectos secundarios de estas pastillas es que le permiten ver el tablero en el techo, y de este modo practica jugadas antes de dormir. Creo que en muchas ocasiones se da a entender que Beth necesita las pastillas para jugar, de hecho, hay escenas en las que pierde o no está acertada porque no las ha tomado o está tratando de salir de su adicción, pero realmente no creo que la verdadera adicción de Beth sean las pastillas, su verdadera droga es el ajedrez. Esto se deja ver en la escena final, cuando compite contra Borishov; durante esta partida Beth ve las figuras del ajedrez en el techo a pesar de que no ha tomado las drogas y no solo eso, sino que consigue ganar a su rival.
Este elemento también es adoptado de la vida de Bobby Fischer en la que está inspirada la historia de Beth aunque, como decía al inicio de la entrada, no tenía relación alguna con las drogas sino que las "alucinaciones" se debían a que en el colegio no le dejaban jugar al ajedrez durante sus clases, por lo que debía imaginarse el tablero en el techo y seguir jugando de este modo.
- El vestuario: Soy una fan del vestuario en las series, me encantan las películas o series de época por este mismo motivo y, si bien muchos hablaron de cómo Beth cambiaba su ropa a medida que iba creciendo y madurando, yo creo que se podría enfocar por cómo trata de representar todas las piezas en su ropa. Desde el peón hasta la reina. De hecho, gran parte de su vestuario mezcla blancos y negros, exactamente igual que el tablero. Os animaría a ver la serie de nuevo viendo las piezas del ajedrez en su ropa, es como ver una serie completamente diferente, dice mucho que se pierde si no atendemos a este elemento.- EEUU vs. URRS: No hace falta jugar al ajedrez para saber que los grandes jugadores suelen venir de Rusia, allí hay una gran afición y los niños aprenden siendo muy jóvenes. No me di cuenta de este aspecto hasta que llegué a una escena que al principio no entendí; la del niño prodigio ruso. Llega un momento en el que Beth debe jugar contra un niño proveniente de Rusia y le gana, pero el chiquillo le hace una pregunta que deja al espectador descolocado, quiere saber si en Estados Unidos hay cines al aire libre o en los coches, es algo que le llama enormemente la atención y que si no nos fijamos en la época en la que está ambientada la serie no comprenderemos.
A lo largo de toda la serie Beth representa la cultura de Estados Unidos en ese momento. Constantemente necesita de los demás, se apoya en ellos, se nutre de aquellos que conoce y le aportan pero, en el instante en el que empiezan a significar demasiado, o se entrometen demasiado en su vida, les aparta. Beth es individualista, va a su aire y, por desgracia, falla. Pasa de un torneo a otro, pero se distancia de aquellos que la aprecian y termina fallando en cuanto les aleja de su vida. No es hasta que acude al torneo en Rusia y observa la forma en la que allí juegan al ajedrez que se da cuenta. En Rusia, el ajedrez no es individual, tú solo te caes frente al tablero; lo que hacen es trabajar todos juntos las jugadas, estudiarlas, aprovechar las fortalezas de los demás para triunfar, apoyarse entre todos ellos y, al final, no es uno contra uno, son cien contra el rival. Es entonces cuando Beth se da cuenta de que ella sola no puede contra todos los maestros del ajedrez de Rusia que estudian juntos las jugadas y el estilo de juego que tiene, necesita de los demás. Beth representaba el individualismo de EEUU, la cultura de los jóvenes que se dejaban llevar por las drogas y esperaban llegar al éxito al ganar cada vez más dinero, esto contrasta con la vida de Rusia. En la escena final observamos como Beth juega al ajedrez en una plaza rusa, contra señores que se reúnen para jugar al aire libre todos los días, mientras que en EEUU se encerraba en su habitación a practicar jugadas contra sí misma constantemente.
Espero que os haya resultado una entrada interesante, que os percatéis gracias a ella de algunos elementos que llaman bastante la atención y que me contéis también si habéis visto Gambito de dama y qué os ha parecido.
¡Hola! La vi el año pasado cuando se estrenó y la verdad es que se convirtió en una de mis favoritas del 2020. Me gusta lo que comentas de como Beth termina por convertirse en un símbolo de lo que promueve la sociedad estadounidense en cuanto al individualismo.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Me encantó la serie ❤️
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarVi la serie a principios de este año y no pude disfrutarla más, así que me ha encantado ver tu entrada <3
Un abrazo