5/5/17

Reseña | El frío modifica la trayectoria de los peces




El frío modifica la trayectoria de los peces - Pierre Szalowski
210 p. | Círculo de lectores 

Algunas navidades son inolvidables. Y las de 1998 en Quebec serán siempre recordadas por un niño que en aquel momento tenía once años. Fue entonces cuando sus padres le anunciaron que iban a separarse. Jamás creyó que algo así podía pasarle a él y se enfadó y lloró como nunca lo había hecho. 
Y gritó al cielo: «ayúdame», pero él era tan pequeño y el cielo tan grande… Sin embargo, aquella noche se desató la peor tormenta que Quebec había conocido. Aquella tormenta marcaría su vida y la de sus vecinos, porque las situaciones extraordinarias hacen que las cosas se vean de una forma diferente. Y en la pequeña comunidad sumida bajo el manto de hielo florecieron relaciones inesperadas y algunas personas recordaron sentimientos que tenían olvidados. 



Hace tiempo que tenía este libro en pendientes, pero por algún motivo u otro no me había puesto con él hasta ahora, porque se acerca mayo, (cuando esto se publique ya será mayo), y con él los exámenes por lo que necesito leer novelas más ligeras, amenas y cortas que me distraigan del montón de apuntes amenazantes que tengo en la mesa.

Tiene un título muy largo y muy extraño, que en principio fue de lo que más me llamó la atención, además la portada es muy enigmática a la vez que simpática. Parece una novela que te va a hablar de ecosistemas, biología y la temperatura del agua en los ríos, o algo parecido, pero la verdad es que es una de las novelas más dulces y tiernas que he leído; la forma de narrar hace que sea amena y ligera pero con un fondo muy interesante, y profundo que no se puede ignorar. Comienza con una situación bastante triste, gris y deprimente en la que los vecinos del barrio están muy metidos en sus vidas, cada uno con sus problemas, sus peces, sus miedos, y apenas mantienen relación unos con otros, hasta que cae el hielo, y sus vidas se entrelazan cambiando su curso completamente.

Va alternando primera y tercera persona, contando la historia de un niño de once años al que sus padres anuncian que se van a separar; el niño se lo toma realmente mal, ya que pensaba que eso solamente le ocurría a otros niños y que a él nunca le pasaría tal cosa, por eso mismo pide al cielo que le ayude y que sus padres no se separen. Justo al día siguiente de que el protagonista realice su petición comienza a caer una helada que irá dejando poco a poco partes del barrio sin calefacción comenzando por la nueva casa de su padre. 
El hecho de que muchas casas no tengan luz, ni calefacción hace que los vecinos comiencen a ser solidarios unos con otros e intenten acoger a los que están pasando frío, entre ellos se encuentra el padre del protagonista que debe volver a casa en busca de un hogar con calefacción, pero no solamente se centra en esa familia, también habla de un estudiante ruso que a pesar de que observa siempre todo lo que ocurre solamente está pendiente de sus peces, y de su trayectoria a lo largo del acuario, dicho trayecto es siempre igual mientras la temperatura sea la misma, pero el frío amenaza bajarla y Boris teme perder todo el trabajo de estos años, de Alexis, el padre de Alex que desde que su mujer le abandonó dejándole a cargo de su hijo tiene un gran resentimiento hacia todo el mundo, sobre todo judíos y homosexuales, de la pareja que lleva horarios diferentes para que nadie sospeche que viven juntos, e incluso de la guapa vecina que nadie sabe a que se dedica. 

A lo largo de toda la novela veremos una oda al amor, a la vida, y a ver que incluso en las peores situaciones, como es el estar en plena helada sin calefacción se pueden encontrar cosas bonitas, como es la amistad entre tus vecinos, o el mismo amor, ya sea entre tu familia, o con tu pareja, antigua o nueva. Porque a pesar de todo, los caminos que antes se hacían en solitario, bajo un filtro lúgubre, gracias al frío y a la ayuda del cielo, ahora se realizan de dos en dos, dando calor, cobijo y seguridad a aquellos solitarios individuos, demostrando que si abrimos los ojos nos daremos cuenta de que hay más cosas de las que nosotros pensamos ahí fuera, y que la vida es demasiado bonita y corta como para no disfrutarla, vivirla en soledad completa, o con miedo al qué dirán los demás.


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